Política y sociedad en Chile 2023-2024

Manuel Antonio Garretón y Silvia Lamadrid (Coords.) - 24 - Estado contra esa misma democracia, dependiendo de las circunstancias. Lo anterior parece muy coincidente con lo encontrado en la encuesta Black and White, donde si bien el 82 % de las personas condena el golpe de Estado de 1973, casi la mitad de quienes expresan esta condena (39 %), la condicionan a los acontecimientos que la rodean, expresando “Estoy de acuerdo con la condena al golpe de Estado, pero creo que debe entenderse el contexto que rodeó los hechos”. A la luz de todo lo presentado, creemos que esta relativización de la demo- cracia (de ayer y hoy) no tiene que ver con que la población no la valore como sistema de gobierno, sino que una parte importante de ella está haciéndole presente una demanda que (al menos en estos momentos) le parece superior: la superación de las divisiones sociales, el orden público y la paz social. Suponer la existencia de esta demanda sobre la democracia (y no solo sobre el gobierno como indican habitualmente las encuestas), que para segmentos relevantes de la población parecería ser prioritaria, permite entender por qué una parte de la percepción social respecto del golpe de Estado se trasladó a sus causas y no solo a sus a consecuencias, por qué ha ocurrido una mejoría relativa en la imagen de Pinochet y su golpe de Estado, por qué la democracia de ayer y hoy parecen valorarse en relación al orden social que son capaces de generar, por qué la demanda por orden público sigue siendo mayoritaria como demanda social en todas las encuestas, y por qué en la misma encuesta de Black and White dedicada a la conmemoración, uno de los mayores consensos está constituido por el 88 % de personas que se manifestaron de acuerdo con el proyecto de ley que condena los actos “irracionales de violencia”, sucedidos a partir del 18 de octubre del 2019, es decir, durante el estallido social. Por supuesto, se puede y debe discutir si calificar de irracional la violen- cia ocurrida en esos tiempos no distorsiona demasiado los resultados de la encuesta (lo que es muy probable), pero la unanimidad de la respuesta pare- ce también expresar una demanda por orden social propia de una sociedad posestallido y pospandemia, saturada de inseguridad y conflicto. No es posible determinar cuánto durará la hegemonía de este clima social y emocional, y su traducción en una determinada “demanda sobre la democracia” que parece desplazar demandas previas respecto de la capacidad de esta para generar justi- cia social, inclusión y oportunidades, pero no cabe duda de que mientras esté presente teñirá en alguna medida todos los sucesos políticos que acontezcan, tal como ocurrió con la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado de 1973. Publicado en El Mostrador 23 de diciembre

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=