Política y sociedad en Chile 2023-2024
Manuel Antonio Garretón y Silvia Lamadrid (Coords.) - 166 - Creemos que es muy difícil que esta situación se modifique radicalmente durante el próximo año, salvo que la ocurrencia de algún evento crítico alte- re sustantivamente la agenda política y la opinión pública. Las condiciones materiales que provocan el predominio de las demandas por orden público, disminución de la corrupción y mejoramiento económico son de lenta trans- formación, por lo que pensamos que continuarán formando parte del diario vivir y de lo que comunicacionalmente consumen las personas. Por ejemplo, la disminución de los asesinatos requiere el control de bandas delictuales or- ganizadas y armadas, lo que constituye todo un desafío para las policías. Por su parte, el control de la inmigración irregular requiere la aprobación de una nueva legislación y herramientas de fiscalización, lo que evidentemente toma- rá un importante tiempo político. En consecuencia, aunque es posible que algunos de los sustentos materia- les de las demandas por orden público y mejoramiento económico pudieran comenzar a modificarse positivamente durante el próximo año, es muy im- probable que ello ocurra con la intensidad suficiente como para dar vuelta las demandas ciudadanas. Ello implica que en el próximo año electoral las propuestas políticas ten- drán que lidiar con esta jerarquía de demandas. Muy posiblemente, gran parte del discurso político girará en torno a las demandas por orden, estabilidad y crecimiento, dejando poco espacio para la visibilización de demandas sociales o de cambio social. En este muy probable escenario, se debe reconocer que la derecha y la cen- troderecha juegan con ventaja, pues tanto su discurso político actual como, especialmente, su historia, enlazan mucho mejor con las demandas mayorita- rias que otros grupos políticos, lo que posiblemente las hará más creíbles para el público, pavimentando así su posible éxito electoral. Por su parte, la izquierda y la centroizquierda comenzarán la contienda política con una clara desventaja, puesto que las demandas por orden y creci- miento se encuentran habitualmente lejos de su discurso político tradicional. Eso podría conducir a fragmentaciones producto de la emergencia de dos opciones político-discursivas alternativas: en primer lugar, sumarse al discur- so por orden y crecimiento buscando convencer al electorado mayoritario, aun a costa de decepcionar a sus partidarios más firmes; o, en segundo lugar, perseverar en sus propuestas de cambio social tradicional a fin de mantener la coherencia política y la cohesión intragrupal, aunque ello implique quedar marginalizado respecto de las principales demandas ciudadanas. En principio, ninguna de estas opciones parece demasiado deseable, pues- to que la primera implica tratar de “vender” un producto político respecto del cual existen actores mucho mejor posicionados (los partidos de derecha), lo
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