Política y sociedad en Chile 2023-2024

Manuel Antonio Garretón y Silvia Lamadrid (Coords.) - 162 - En concreto, el asunto viene planteándose hace algún tiempo, pero en ese 2024, que nos abandonó sin pena ni gloria, se multiplicó la gritería de que las diferencias políticas personales y de partidos son exageradas, lo que impide que las decisiones políticas fluyan raudamente solucionando los problemas de la ciudadanía. Aunque nadie lo dice, también puede estar presente el temor de que en las próximas elecciones las sábanas de candidatos exijan que las eleccio- nes se realicen durante una semana completa. Empezando por lo básico, que usted lo sabe, la política se desarrolla como una relación entre orden y conflicto. Como orden se comprende el conjunto de normas que se garantizan coactivamente en una sociedad delimitada, esto es, el derecho. Como conflicto se comprende la disputa por la mantención o transformación de ese orden. En la medida que no haya capacidad de imponer el orden o imponer una determinada alternativa de cambio, solo un acuerdo permitiría adoptar una decisión política. En eso estamos, con la pedestre pre- misa de que es más fácil ponerse de acuerdo entre pocos que entre muchos. Al respecto, el diagnóstico es lapidario: más de veinte partidos en el Con- greso, es mucho; y si le agrega que casi un tercio de los diputados son inde- pendientes, es demasiado. Por su parte, en Servel la lista de partidos se acerca a 30 y los candidatos independientes se multiplican como conejos. Así no se puede conversar. Entonces, los bienintencionados plantean la imperiosa necesidad de redu- cir o eliminar las diferencias y microdiferencias para dejar en el negocio solo a los pescados grandes. No es fácil. No solo están los intereses de muchos em- prendedores en la política (legítimos, por supuesto. O no, pero poco importa), sino que el clima cultural es propicio a la lluvia de diferencias e identidades. El multiverso está de moda y más le vale aprender algo del tema si no quie- re mostrar la hilacha de viejo. El multiverso es tema central en el desarrollo de la cultura más sólida, aquella que se desarrolla en los videojuegos. Le tenemos el multiverso, las diferentes líneas del tiempo, los especiales poderes de cada superhéroe, la multiplicación de la expresión de identidades en los personajes. Esas son las realidades más próximas con que los jóvenes se inscriben en el principio de la diversidad que se ha impuesto como hegemonía cultural. El principio de la diversidad puede ser tan bueno o malo como cualquier otro y naturalmente no soy yo el encargado de dictar sentencia. Solo lo traigo a colación (rara expresión esta) para tratar de entender lo que está ocurriendo en política actualmente, en cuanto a echar mano de la ingeniería institucional para hacer una reforma política que nos instale en la práctica de los acuer- dos para que el poder pueda; naturalmente, pueda hacer la felicidad de los ciudadanos. Para eso la explosión de las diversidades puede ser vista como problema.

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