Política y sociedad en Chile 2023-2024
- 123 - El movimiento sindical y sus intentos por articular demandas y proyectos de cambio social Pablo Pérez Ahumada El pasado 11 de abril, miles de trabajadores/as, estudiantes y pobladores/as, se sumaron al Paro Nacional Activo convocado por la Central Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras (CUT). Las estimaciones sobre el tamaño de este tipo de convocatorias están siempre sujetas a discusión (mientras que algunos noticiarios estimaron en 15.000 el total de asistentes a la marcha de Santia- go, la CUT sostiene que se sumaron 30.000 personas en Santiago y cerca de 100.000 en todo Chile). Más allá de esto, lo que sí está claro es que la cantidad de personas que se movilizó ese día superó, con creces, incluso las expectativas más optimistas. La masiva convocatoria sugiere que aún existen demandas que movilizan, al menos, a los sectores más organizados de la sociedad chilena. Esto es algo no menor, considerando el declive de las movilizaciones sociales luego de la pandemia y, especialmente, luego del plebiscito del 4 de septiembre de 2022. Más aún, un aspecto que debería ser mirado con mayor atención es que este incipiente proceso de movilización haya sido impulsado por el movimiento sindical. No es novedad que, en Chile, los sindicatos son débiles y que, salvo contadas excepciones, su capacidad de movilización es más bien baja. En vir- tud de este problema, en décadas pasadas parte de la dirigencia de la CUT fue muy renuente a emprender movilizaciones y acciones de masa que, desde su perspectiva, solo podían dar cuenta de la debilidad del movimiento sindical. Sin embargo, y como mostré en otra columna, desde la década pasada, se ha observado una transformación importante dentro del movimiento sindical chileno. Esta transformación se expresa en el hecho de, a pesar de su condición de debilidad, tanto los sindicatos de base como las organizaciones de nivel superior han reconocido la importancia que tiene la movilización colectiva como herramienta para defender los intereses sociopolíticos de los y las tra- bajadoras (es decir, los intereses que van más allá de sus legítimas demandas salariales “de nivel de empresa”). En este contexto, el ejemplo de la movilización del 11 de abril pasado de- mostró que las centrales sindicales pueden cumplir un rol fundamental como dinamizador y articulador de demandas sociales que van más allá de lo pu-
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