Política y sociedad en Chile 2023-2024
Manuel Antonio Garretón y Silvia Lamadrid (Coords.) - 98 - u originarias?”. Interesante, en Chile, país bilingüe, se supone que todos ha- blamos y entendemos inglés y castellano. Naturalmente las nuevas preguntas y formas de preguntar se corresponden con las nuevas orientaciones de valor, que se han venido planteando desde fines del siglo XX y lo que va de este siglo XXI, y apuntan a obtener informa- ción que contribuya a la mayor presencia de estos temas y que sirva de base para políticas públicas al respecto. Resulta particularmente curioso al respecto la reformulación de la pregun- ta sobre pueblos originarios. En Chile se ha preguntado en cuatro censos sobre pueblos originarios y en los cuatro censos ha variado la pregunta… y, como corresponde, ha variado la respuesta: En 1992 se preguntó: “Si usted es chileno, ¿se considera perteneciente a alguna de las siguientes culturas?” (Se acompaña lista). El resultado fue 10,3 %. En 2002 se preguntó: “¿Pertenece usted a alguno de los siguientes pueblos originarios o indígenas?” (Se acompaña lista) El resultado fue 4,6 %.” En 2017 se preguntó: “¿Se considera perteneciente a algún pueblo indígena u originario?”. El resultado fue 12,4 % (en 2012 fue 11,1 %) Finalmente, en 2024 se preguntó: “Es o se considera perteneciente a algún pueblo indígena u originario?” El resultado está por verse. Se hacen apuestas. Está claro que con el correr de los años cambian los temas y los valores asociados a ellos. También está claro que la formulación de las preguntas con- diciona las respuestas. Algún curioso podría tratar de entender por qué cambia la pregunta referente a pueblos originarios. No es mi caso. Más interesante parece políticamente el carácter que tiene el presente censo en cuanto es simbólicamente muy expresivo de una de las transformaciones más importantes que se han venido desarrollando en Chile y en la mayor parte del mundo. Esto es, la pérdida de consistencia de la noción de comu- nidad nacional, puesto que esa comunidad tiende a disgregarse en individuos que pretenciosamente se consideran únicos e irrepetibles. Algunos hablan de sobreindividualización e incluso narcisismo individualista. Aunque más de un audaz lector le encontrará la quinta pata al gato, individuo y comunidad tie- nen poca tolerancia recíproca. Naturalmente, sin sentido de comunidad nacional, la política nacional no es posible. Esto puede parecer más complejo, pero usted seguramente lo en- tiende a la primera lectura. Porque hacer política sin sentido de polis es como jugar fútbol sin pelota. Aquí es donde entra el tema del censo cuyo trabajo de recolección de información recién termina. Este censo es el segundo que se realiza con un cambio bastante grande en su metodología, tratando, como siempre, de hacerlo como la moda indica. El
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