Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

93 SEGUNDA PARTE: 1912-1922 Sarratea 98 , una prestigiosa profesora que venía de Valparaíso y quien tam- bién carecía de título. Su estancia en Santiago será compleja y se resentirá de un acoso que la cerca. Se dará cuenta rápidamente de las miradas de intriga que, a su juicio, serían reacciones cuestionadoras de su falta de pergaminos oficiales universitarios, sobre todo de parte de profesores de Estado. En su sensi- bilidad aguda, solía interpretar dichos cuestionamientos como complots y ataques. El asunto de la polémica por la falta de título universitario de la nueva directora ciertamente será un tema instalado en diversos medios y también en el mundo universitario 99 . Entre ellos, se abrirá la polémica en las páginas de la revista Claridad de la FECH: allí acudió la voz de Fernan- do García Oldini para criticar la designación 100 , pero además se imprimió la de Julia Encina, quien en respuesta a García respaldó a Mistral y destacó sus méritos 101 . Aparecerá también en el semanario estudiantil una sem- blanza laudatoria de González Vera 102 . De modo que Mistral vio una suerte de campo minado en aquellos representantes de la oficialidad “credencialista” universitaria, pero además encontró, por el otro lado, una complicidad en los bríos idealistas de los jóvenes organizados en la FECH. Ejemplo de ello es el hito que constituye la invitación que en 1922 le extiende José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública del gobierno posrevolucionario mexicano. La trama en la que se fragua dicha invitación es variada y corresponde a un deseo de Mistral de larga data. Es evidente que Gabriela Mistral cultivó estrechas relaciones con varios ministros mexicanos, unidos a ella por afinidades poéticas e in- telectuales. Tras la revolución, México necesitaba difundir información y proyectar su imagen en el extranjero; Mistral supo situarse como una 98 Amelia Arenas de Elgueta, “Liceo Teresa Prats de Sarratea no. 6”, cit. en Sara Guerín de Elgueta, Actividades femeninas en Chile (Santiago: Imprenta y Litografía La Ilustración, 1928), 272–74. 99 Como se verá en la tercera parte de este libro, desde México en distintas cartas Gabriela Mistral presenta sus impresiones más en detalle de esta polémica, destacando especialmente el papel que toma Amanda Labarca y otros actores institucionales. 100 Fernando García Oldini, “Carta abierta a Gabriela Mistral”, Claridad 1, no. 19 (4 de junio de 1921): 4. 101 Julia Encina, “Defendiendo a Gabriela Mistral”, Claridad 1, no. 20 (11 de junio de 1921): 4. 102 G. V., “Semblanza de Gabriela Mistral”, Claridad , no. 22 (22 de junio de 1921): 6.

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