Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

66 Gabriela Mistral y la Universidad de Chile las convenciones del momento: acepta el decoro, pero rechaza la superfi- cialidad, que la escritora tacha de “vicio”; opina que la literatura exige de las mujeres hondura e intensidad; dice que se debe rechazar la insipidez, “el brillo falso, la mentira decorativa”. Y pide, sobre todo, “un ambiente intelectual elevado”, tal como explica en un manuscrito mezclado con sus cartas a Salas Marchán: Repito, pues. Que la superficialidad nuestra no aparezca en esta zona nueva de actividades que es la literatura; que aquí nos redimimos de ella. Que la que tenga que contar: un gran dolor, una ardiente fé, un amor res- plandeciente –lo diga, pero con nobleza y con verdad, con cuajarones de su pecho, con honradez y pureza, aunque sea sin retórica, ojalá que sin ellas, y que la única crítica que la avergüence sea aquella que le eche a la faz estas palabras: “Usted ha escrito obscena o trivialmente”. Esto: el vicio y la frivolidad, atraigan la maldición y el aislamiento del leproso sobre la mujer escritora. Los ideales expresados en las cartas y publicaciones de la joven es- critora coincidían con los de la Asociación de Educación Nacional, grupo al que Salas Marchán servía con mucha energía y dedicación en diversas funciones, incluida la edición de la Revista de Educación Nacional , órgano oficial de la entidad. Redes intelectuales in crescendo Consciente de cuánto podía aprender de sus colegas en la educación pú- blica para mejorar su eficacia como docente, Lucila Godoy se propuso asistir al congreso organizado por la Asociación de Educación Nacional en 1912. Entre los múltiples grupos dedicados a la educación que operaban en Chile, este era sin duda el más diverso, pues incluía profesores de todos los niveles, desde el kindergarten hasta la universidad. El congreso reunió tanto a docentes como a intelectuales progresistas interesados en la educa- ción y en los desafíos que el país enfrentaba al respecto. La diversidad de preparación que representaban los miembros del grupo profesional seguramente atraía la atención y la admiración de Lucila