Gabriela Mistral y la Universidad de Chile
61 Los astros son rondas de niños, jugando la tierra a espiar... Los trigos son talles de niñas jugando a ondular..., a ondular... Los ríos son rondas de niños jugando a encontrarse en el mar... Las olas son rondas de niñas jugando la Tierra a abrazar… “Todo es ronda”, Ternura (1924) Gabriela Mistral Escribir enseñando, enseñar escribiendo: la vida en Los Andes Lucila Godoy tenía veintitrés años cuando comenzó a trabajar en el Liceo de Niñas de la pequeña ciudad de Los Andes. Este era el tercer liceo y el octavo establecimiento en que se había empleado. Enseñaba desde los catorce años, por eso estaba próxima a cumplir su primera década en el rubro. Durante sus dos primeros años de instalación en la escuela y en la ciudad, rara vez visitaba Santiago o viajaba. En Los Andes obtuvo un as- censo a los puestos de inspectora y profesora de castellano en un liceo cuya directora era, como en sus otros traslados, su amiga Fidelia Valdés. Ambas llevaban ocho años trabajando juntas y a esas alturas Mistral la considera- ba una mentora. En este momento, la poeta ya poseía cierta fama nacional, que había comenzado en Antofagasta, cuando publicaba en la revista Su- cesos . Pero Mistral es cuidadosa, sobre todo en los primeros dos años de este nuevo trabajo. Cuando el editor Arturo Ossandón de la Peña le pide
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