Gabriela Mistral y la Universidad de Chile
39 PRIMERA PARTE: 1889-1912 Jerónimo había sido seminarista antes de aceptar un puesto como maestro en el pueblo de La Unión (actual Pisco Elqui), en plena cordillera andina. Tal vez buscaba alejarse de la severidad de su madre, quien había decidido que su único hijo varón debía convertirse en sacerdote. Para ello, la familia Godoy Villanueva se había sacrificado significativamente: se trasladó con sus tres hijos desde el valle del Huasco hasta La Serena, con el fin de que Jerónimo pudiera asistir al seminario. Allí recibió una educación bastante sólida para la época, que incluía, por ejemplo, el estudio del latín. Entre las escasas composiciones de su autoría que hoy se conservan, existe un poema que Jerónimo escribió y publicó cuando fue seminarista. En el periódico El Coquimbo no. 938, del 13 de marzo de 1884, Jerónimo Godoy Villanueva expresó su afecto por la ciudad que había adoptado como propia: A La Serena Dedicado a mi amigo José I. Rojas Serena, ciudad querida dormida a orillas del mar, májico Edén celestial, cima feliz de mi vida, ¿No escucharas, por favor, al cantor que pide con tierno anhelo inspiración a los cielos, para cantarte su amor? En tus jardines preciados juncos y rosas florecen, i cuando el alba aparece jilguerillos delicados cantan en dulce ternura las venturas que el porvenir te depara; que si la suerte te ampara, te proteje la hermosura.
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