Gabriela Mistral y la Universidad de Chile
18 Gabriela Mistral y la Universidad de Chile un borrador de Los Sonetos de la Muerte , texto con el que Mistral obtuvo en 1914 el primer lugar en los Juegos Florales de Santiago y en el que po- demos ver los rastros de su ejercicio escritural a través de borraduras y correcciones. Además, se resguardan una primera edición chilena de De- solación (1923) y primeras ediciones de Ternura (1924) y Tala (1938), libros que marcaron hitos en la recepción internacional de Mistral y que hoy son resguardado por la Biblioteca Central y Colección Domingo Edwards. Estos ejemplares constituyen testimonios materiales que complementan la lectura de su obra y muestran cómo circuló en ámbitos académicos y cul- turales. La preservación de estas ediciones en la universidad no responde únicamente a un afán bibliográfico, sino a la construcción de una memoria literaria nacional que reconoce en Mistral a una figura insoslayable. La dimensión documental se amplía con publicaciones de prensa como las revistas Zig-Zag , Orfeo, La Nación , Estadio o La Voz del Elqui , o bien con las revistas Claridad y Juventud que registran la presencia pública de Mistral y reflejan el interés de los medios chilenos en su vida y obra. Estos documentos, algunos ubicados hoy en la Hemeroteca del Archivo Bello, permiten reconstruir la forma en que la poeta fue leída, discutida e incluso disputada en la esfera cultural del siglo XX. A todo esto se suma un pequeño pero significativo acervo visual nutrido de imágenes prove- nientes de la colección personal de Laura Rodig, en parte custodiada por el Archivo Central Andrés Bello. Estas imágenes, que han sido incorpo- radas en exposiciones recientes, ilustran su biografía y a la vez permiten comprender, por ejemplo, la construcción visual de su figura pública, que es evidente también en el registro fotográfico del funeral de Mistral que se realizó en la Casa Central de la Universidad de Chile, en 1957, del cual se conservan impactantes registros que muestran cómo las chilenas y chile- nos la despidieron con fervor (Colección Archivo Fotográfico). Conservar todos estos materiales, pensándolos y problemati- zándolos en pleno siglo XXI, implica reconocer que los “vestigios mistralianos” pertenecientes a la Universidad de Chile no son únicamente depósitos del pasado, sino también herramientas activas de procesos de patrimonialización que actualizan, amplifican y disputan permanentemen- te la figura de Mistral y su impacto cultural. Precisamente, la universidad se ha propuesto mantener vigente a una autora clave para la historia cul- tural del país, cuya obra continúa interpelando a diversas comunidades
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