Gabriela Mistral y la Universidad de Chile
192 Gabriela Mistral y la Universidad de Chile respectivos Clubes se esmeraron en que cada presentación fuera más lú- cida.- Se adoptó entonces la costumbre de hacerla sobre la base de un homenaje, se introdujeron en la presentación elementos artísticos y mu- sicales y la redacción del libreto se hizo también cuidadosamente. En los últimos Clásicos estas presentaciones han alcanzado tan alta calidad, que constituyen ya el número de fondo, habiendo desplazado a la propia parte deportiva. En cierto modo, el club de la Universidad de Chile corría con cierta ventaja. La barra de la “U” podía contar con los cuerpos artísticos más relevantes de la escena cultural chilena: el Coro Universitario, la Orquesta Sinfónica, el Teatro Experimental y la Escuela de Danza, todos organis- mos de la Universidad de Chile a los que recurrían estos organizadores para transformar estas presentaciones en “un espectáculo de notable valor artístico, que amalgama bellamente la música y el baile con el arte dramá- tico”, haciendo del Estadio Nacional “un inmenso teatro al aire libre” 251 . Tal como las amistades de Gabriela, los organizadores eran conscien- tes de la crítica de las que fueron objeto tanto la ceremonia universitaria como la del Teatro Municipal, e indican: que “la crítica, con extraña una- nimidad, expresó que era lo mejor, lo más hermoso y significativo que hasta hoy habían presentado las Universidades”. Para finalizar, le compar- ten como adjunto el libreto de la presentación La vida de Gabriela Mistral , escrito por Jorge Lillo, actor y dramaturgo del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, que constituye una pieza valiosa para conocer a ca- balidad este evento que cerró, en la voz de un narrador que articulaba por altoparlante el relato 252 , de esta forma: Aquí en este campo de deportes está tu pueblo, reunidos el obrero junto al magnate; el magnate junto a tus niños; el anciano junto a los hijos. El músculo junto al verbo y el arte. La juventud junto a la vida… Aquí está tu 251 Club Deportivo Universidad de Chile, Carta a Gabriela Mistral. 252 A ratos, la voz del narrador en el libreto de Jorge Lillo parece tomar la forma de una plegaria religiosa, muy propia del discurso público devocional y beatífico que tanto la prensa como las instituciones públicas y la crítica de sus contemporáneos adoptaron y desplegaban ya hace al menos una década. La oración panegírica de Juan Gómez Millas en 1957 llega a ser epigonal en este sentido.
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