Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

181 QUINTA PARTE: 1951-1957 justicia y de cariño, pero nada especial, que yo sepa. […] A mi no tiene nada que agradecerme: todo lo hice por un impulso desconocido del des- tino que me llevó a su casa por gran admiración, porque sus versos me han robado el alma mil veces, porque siento y vibro hasta la última de mis fibras con poesía a los niños, a la miseria, al amor. ¿Porque soy quijotesca? No, linda, también soy práctica, le he dado pruebas. Pero práctica con lo justo, con las cosas nobles de la existencia, con los sentimientos. […] No me ha costado nada, sépalo mi amiga queridísima, lo que he hecho por Ud. Salir, corretear un poco, hablar algo, ponerme un sombrerito coquetón y salir disparada a esconderme a mi rincón que respeto y quiero, a contarle todo a mi marido, noblote y magnífico hombre que es inteligente y filósofo y que tiene confianza en mi porque me conoce 232 En suma, la gestión de Ladrón de Guevara surtió rápidamente efectos una vez que logró destrabar los reparos y temores de Juvenal Hernández sobre lo fuera de lugar que ya había quedado el Premio Nacional. Esto refleja cómo se articuló la condición de posibilidad de este premio que, incluso para los miembros del jurado, ya venía bastante atrasado. El jurado que determinó a la ganadora de la edición 1951 se reunió el 4 de agosto en la sala de la rectoría de la Casa Central de la Universidad de Chile, como ya era costumbre. La prensa ya anticipaba el día anterior el esperado desenlace: La Nación señalaba que la favorita indiscutida para quedarse con el galardón era Gabriela Mistral. Sin embargo, advertía tam- bién una dimensión económica: “Diversas instituciones han auspiciado un premio especial extraordinario de quinientos mil pesos para Gabriela Mistral, que esté por encima del ordinario de cien mil pesos. Pero hasta el momento de reunirse el jurado estos buenos deseos no han fructificado” 233 . La comisión estuvo integrada por el rector de la Universidad de Chile, Juvenal Hernández, el escritor Luis Cruz Ocampo (1891-1973) y el poe- ta Juan Guzmán Cruchaga (1895-1979), mientras que Héctor Fuenzalida (1903-¿?), director de la Biblioteca Central de la Universidad de Chile —institución antecesora del actual Archivo Central Andrés Bello— actuó como secretario. De acuerdo al acta del Premio de 1951, el jurado acogió 232 Ladrón de Guevara, Carta a Gabriela Mistral, 11 de agosto de 1951. 233 La Nación , 3 de agosto 1951.

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