Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

163 CUARTA PARTE: 1924-1945 su vez, describe las traducciones ya hechas de su poesía como “casi todas malas y aun pésimas”, y añade: Me dan verguenza. Sin embargo, es posible, amiga mía, que se haga una traducción cuidada, con vigilancia del autor. Hay en Francia una o dos personas capaces de traducir dentro del espíritu del autor. La iniciativa de este largo trabajo no puede partir de mí, amiga querida. Usan en Europa una manera muy linda de propagar a un escritor. Hacen algo que llaman amigos de tal o cual poeta o prosista. 206 Mistral recomienda a Palma Guillén para la tarea de buscar traductor al francés y al profesor William Entwistle, del Departamento de Español de Oxford University, para hallar un traductor al inglés. Observa además que por “la distribución entre los miembros del jurado y los escritores suecos, pues habría que hacer, antes de todo, una campaña de difusión, de perfecta divulgación”. Entre sus comentarios sobre los muchos odios entre literatos y los que merecen el premio (menciona a Rómulo Gallegos, de Venezuela), la carta de Mistral cierra indicando que le escribirá a su mutuo amigo, el diplomático Gonzalo Zaldumbide, quien fue, con toda probabi- lidad, el verdadero instigador de esta campaña en la que Adelaida Velasco trabajó asiduamente 207 . A su vuelta a Niza, Gabriela recibió desde Guayaquil una sorpresa muy grata a poco de celebrar su cumpleaños número cincuenta. El 7 de abril aparecería un texto de su amiga ecuatoriana Adelaida Velasco en el 206 Mistral, “Carta a Adelaida Velasco Galdós, Suiza, 1939”, 295. 207 Gonzalo Zaldumbide (1884–1965) fue un diplomático ecuatoriano y embajador en diversos países. Mantuvo una estrecha amistad con Gabriela Mistral desde que se cono- cieron en París en 1926, a través de su amigo común, el mexicano Alfonso Reyes. Durante esos años, Zaldumbide y Mistral sostuvieron correspondencia en el contexto de la prolon- gada resolución del diferendo de Tacna y Arica entre Perú y Chile. Más adelante, en 1934, compartieron preocupación por el conflicto entre Perú y Colombia en torno a la ciudad amazónica de Leticia. En agosto de 1938, Zaldumbide publicó en El Telégrafo de Guayaquil un artículo de estilo característicamente florido y altisonante, en el que elogiaba a Mistral y que posteriormente fue dedicado a Adelaida Velasco (“Bienvenida a Gabriela Mistral para Adelaida Velasco”, se tituló). El recorte de prensa, conservado en la Biblioteca Nacional de Chile, presenta un error de catalogación, pues aparece fechado el 2 de agosto de 1938, día que correspondía a un martes, mientras que la publicación original data de un lunes de ese mes.

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