Gabriela Mistral y la Universidad de Chile
14 Gabriela Mistral y la Universidad de Chile urbanos de provincia, de la periferia de Santiago, en escuelas nocturnas, como la de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, aún existente, en la que habría participado en 1925, como documenta este libro. Asimismo, son prueba de ello sus propuestas pedagógicas para acercar no solo la edu- cación sino también, a través de esta, la cultura y el goce estético. Mistral promovía extender los límites de la educación, siempre. Fue para ella un leitmotiv la aspiración a la integración social de sujetos y grupos sociales tradicionalmente marginados, como mujeres, obreros, campesinos, indígenas y, especialmente, niños y niñas. Resuena en este sentido su intenso trabajo de creación de textos poéticos que serían in- cluidos en libros escolares: “He querido hacer una poesía escolar nueva […] que no por ser escolar deje de ser poesía, que lo sea, y más delicada que cualquier otra, más honda, más impregnada de cosas de corazón, más estremecida de soplo de alma” 4 . Mediante la publicación de algunos artículos en periódicos locales de distintas ciudades de Chile, promovió también herramientas pedagó- gicas no convencionales para la época. Por ejemplo, al reseñar en 1916 la película Corazón , de Edmundo De Amicis (Los Andes), destacó su valor formativo y ausencia de violencia, recomendando la asistencia escolar a este tipo de obras y, con ello, sugiriendo la posibilidad de que la sala ci- nematográfica se transformara en una extensión del aula, capaz de unir sensibilidad, ética y aprendizaje colectivo. Esta “vocación extensional” 5 se manifiesta en su colaboración con la Federación de Estudiantes de Chile, que ella reconoció como una vanguardia en esta materia por la capacidad de las y los estudiantes de conectar con los sectores más desposeídos a tra- vés de universidades y escuelas populares, policlínicos, operativos salud, y otras acciones que originaron vínculos comunitarios. En relación con la formación universitaria, la vocación extensional de Mistral se evidencia en su discurso “La unidad de la cultura”, pronunciado en Guatemala en 1931, donde expresa con claridad una visión integradora entre la educación y su aplicación en la mejora de las condiciones materia- les de la sociedad: “Yo creo en la Universidad como en una institución tan 4 Jaime Quezada, Bendita mi lengua sea: diario íntimo de Gabriela Mistral (1905–1918) (San- tiago: Editorial Planeta, 2002). 5 Este concepto aunque podría resultar algo anacrónico, es de igual modo útil para carac- terizar parte de su labor propagadora de la educación y la cultura.
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