Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

125 CUARTA PARTE: 1924-1945 […] Toda nuestra América pronuncia el nombre de la Mistral como tra- tándose de cosa propia… 140 Edwards Bello —quien asumiría una posición en la Sociedad de Naciones brevemente un año antes que Gabriela Mistral— advertía que Mistral había logrado articular en torno a su figura una verdadera posición americanista. Declara que “[l]a poetisa, [con] toda serenidad, llega a Chile en un momento tan nervioso” 141 . Y en efecto, luego del “ruido de sables” que derivaría en la suspensión del gobierno de Alessandri, en la instalación de una Junta de Gobierno y en un posterior cambio constitucional, el país vivía un momento tenso, de mucha convulsión social y de inestabilidad de las instituciones. Lo cierto es que esa aparente serenidad, como la caracte- rizó Edwards Bello, entrañaba una larga preocupación de Gabriela por un retorno que acumulaba muchas incertidumbres, sobre todo económicas. Recordemos la carta que dirigiera a fines de 1922 a su “hermanito” Eduardo Barrios desde San Ángel, México. En este documento, además de hablar de las complejas intrigas y cuestionamientos generados contra ella a partir de su nominación en el Liceo no. 6 de Niñas de Santiago, también comenta sus preocupaciones asociadas a la difícil situación económica que había experimentado en el país: Yo he pensado lo que seria de mi madre si yo me muriera. No he podido aho- rrar un solo peso en mi vida de maestra. Todo lo que tengo es una casita de obrero, en un barrio obrero, pagadera en veinte años, de los cuales llevo pagado uno… Vivo al día. ¿Que hace mi madre si yo me muero? Antes de venirme tome un seguro de vida, con el dinero de Mexico. Se me dirá que las demás directoras viven mui bien. Si: hay que averiguar cómo. Tienen medio-pupilajes que les significan una ganancia de hotel prospero, y tie- nen maridos y negocitos. Yo no tengo ninguna de estas cosas. Resumen de la situación material: al jubilar pierdo yo medio sueldo: cua- trocientos pesos , cien mexicanos que puedo ganar en cualquier país de América CON TIEMPO LIBRE PARA LEER y ESCRIBIR. 142 140 Joaquín Edwards Bello, “Llegó Gabriela Mistral”, La Nación (14 de febrero de 1925): 1. 141 Edwards Bello, “Llegó Gabriela Mistral”. 142 Mistral, “Carta a Eduardo Barrios, México, 31 de diciembre de 1922”.

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