Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

123 Algunos cambios después de la aventura mexicana Después de ofrecer sus servicios al gobierno mexicano, Gabriela Mistral regresó en pocas ocasiones a Chile y por periodos breves. Su retorno más prolongado fue en 1925, cuando permaneció diez meses en el país, desde febrero hasta diciembre. Luego volvió a viajar a Europa, rumbo a París, acompañada de Palma Guillén (1893-1975), normalista, académica y, más tarde, diplomática mexicana designada por José Vasconcelos y con quien la escritora mantuvo una relación profesional y sentimental significativa. La llegada de Mistral a Chile poseía la impronta de su trabajo en la Secretaría de Educación Pública mexicana y la de toda la publicidad que rodeaba sus escalas anteriores en los Estados Unidos, Italia y Espa- ña. A mediados de la década del veinte, su nombre resuena en distintos puntos de la escena mundial como una referencia intelectual y literaria insoslayable de la América Latina, a pesar de que cuando Mistral llega a México algunas personalidades habían criticado este reconocimiento por su falta de credenciales universitarias y por no contar aún con libros publi- cados. Pero al cumplirse dieciocho meses de su llegada a México, no solo ya había resuelto la posesión de un título universitario de profesora, sino que además los volúmenes en formato libro de su obra ya circulaban en Norteamérica, América Latina y Europa. En ese entonces, los libros de Gabriela Mistral daban cuenta de un corpus estimable: la primera edición de Desolación de Nueva York (Instituto de las Españas, 1922) y su segunda edición de Santiago de Chile (Nascimento, 1923); Lecturas para mujeres (1924) en Ciudad de México y la reimpresión de estas Lecturas junto con la edición de Ternura en Madrid (Saturnino Calleja, 1924). Además, las primeras ediciones de estos dos últimos volúmenes ya se distribuían en las librerías españolas a fines de 1924. En diciembre de ese año, Mistral recibía homenajes por su obra en el emblemático restorán madrileño Lhardy y era alabada, entre otros, por

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