Gabriela Mistral y la Universidad de Chile

111 TERCERA PARTE: 1922-1924 Asimismo, la poeta se distancia de una educación puramente académica y celebra que los jóvenes eviten ese “rito frío” para tomar contacto con la realidad social de su país, lo que da cuenta de su pensamiento sobre el quehacer universitario mismo. Para concluir su discurso, dijo emociona- damente: “estoy entre vosotros por gracia y voluntad de vuestro gobierno, empiezo a conoceros, me siento vuestra, y os amo, juventud que sois toda hermosura al ser el fervor y la alta idealidad” 130 . El fuerte apoyo que demuestra Mistral en el mensaje a la organi- zación estudiantil cuenta entre los ámbitos más inusuales y provocativos que la poeta articuló hacia los jóvenes mexicanos. Como vimos, el gesto nace de una posición bien informada sobre la crisis que la movilización de 1922 provocó en Chile, pero guarda silencio a propósito de la crisis de las expulsiones. Tampoco se refiere a la nueva onda de represión esta- tal. Exhibe, sin embargo, su apoyo a las iniciativas estudiantiles al poner en valor su rebeldía creativa que, aunque no libre de baches —como ella misma advierte—, le resulta preferible a la inercia. Tal vez la presencia del embajador de Chile en México entre el público, a quien ella se refiere en los vocativos iniciales, haya influido en los matices de su discurso. Sin embargo, cumplió con su deber. Mistral aquí se distancia del asunto ideológico de los jóvenes, que son anarquistas, pero enlista las iniciativas de extensión. Es consciente del vínculo directo que los jóvenes mantienen con los obreros a partir de la Universidad Popular Lastarria, además de las escuelas nocturnas estu- diantiles y los dispensarios de medicina y odontología para los sectores populares. ¿Está ella al tanto de estas y otras iniciativas que la orgánica estudiantil aportó decisivamente? Lo cierto es que Mistral reconoce lo que son los beneficios sociales directos de una juventud idealista, orga- nizada y comprometida. Aunque introduce ciertos matices con respecto a las formas en que esa juventud busca su sentido y su identidad, no deja de reconocer el valor del enriquecimiento espiritual que los jóvenes aportan al pueblo, así como su contribución a la renovación de las ideas y de la cultura. A esa potencia universitaria de horizonte popular y emancipador, a pesar de los matices, Mistral se sintió cercana en acción y pensamien- to. A contrapelo del mundo más “credencialista” universitario, fue con 130 Mistral, “Conferencia leída por Gabriela Mistral…”, 183.

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