Del océano al verso. Las caracolas de Pablo Neruda

nutrientes al molusco gracias a la fotosíntesis. A su vez, la Tridacna gigas le ofrece protección y cercanía a la luz solar 29 . Las conchas de los moluscos están compuestas del carbonato de calcio que obtienen de su medio ambiente, del agua y de su alimento. Al morir, el calcio regresa al agua, beneficiando a otros organismos. Algunas especies producen nácar, un biomineral que se forma por la acumulación de finas capas de carbonato de calcio y otros minerales. El brillo es producido por los rayos de luz que se descomponen al pasar por esas capas 30 . Esta sustancia es lisa y suave, y recubre el interior de la concha para proteger la parte blanda del molusco. Existen especies que envuelven en nácar los agentes extraños que entran a la concha, cubriéndolos para evitar que dañen las partes internas. Esta es la razón por la que algunas especies producen perlas. La belleza iridiscente del nácar ha llamado la atención de los humanos desde hace miles de años, utilizándolo para elaborar todo tipo de ornamentos. Hay especies como la Rochia nilotica (Linnaeus, 1767), que se cultiva para extraer el nácar mediante un proceso en el que se les aplica ácido. Debido a los peligros de la sobreexplotación de la especie, en algunos países del Pacífico se han establecido regulaciones para la extracción, con el fin de evitar daños en la población de esta especie. [29] Mei Lin Neo et al., «The Ecological Significance of Giant Clams in Coral Reef Ecosystems», Biological Conservation 181 (2015): 111-123. [30] Micheline Cariño y Mario Monteforte. «De la sobreexplotación a la sustentabilidad: Nácar y perlas en la historia mundial». El Periplo Sustentable 12 (2007): 85. 115 del océano al verso

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