El crimen de la calle Nataniel: Testimonios, fotografías y documentos del caso que revolucionó la odontología forense en Chile

circunstantes, cuando éste avanzó a reconocer los restos. Minuciosamente estudió el doctor Molina la partidura del cráneo . (Tartarin y Mora, 1909) Se hizo despejar el sitio y con mayor ansiedad se prosiguió la tarea de descubrir el cadáver cuya existencia se comprobó removiendo un poco más la tierra movediza y caliente, mez- clada con carboncillo que estaba sobre el cuer- po enterrado. (Hernández y Salazar, 1994) Esta penosa labor exigía echar baldes de agua constantemente sobre el cuerpo sancochado de la víctima. Luego quedó este perfectamente descu- bierto ante los ojos espantados de las pocas perso- nas que habían presenciado la escena . (Tartarin y Mora, 1909) Tendido, boca abajo, sobre un montón de papeles no quemados, con el cuello tieso vertical a lo largo del tabique que divide la primera pieza de la que sigue hacia el interior, formando un ángulo bas- tante agudo con dicho tabique, con vértice hacia el noroeste; los pies hacia atrás casi a la altura de la puerta de comunicación entre ambas piezas; el brazo izquierdo levantado, el derecho caído, como si se hubiera afirmado en el suelo; el cráneo parti- do horizontalmente desde la nuca a la frente pare- cía una vasija de contornos desiguales, disparejos con un puñado de sesos, mezclados con carbonci- llo . (Tartarin y Mora, 1909) En la tierra que fue removida no había ni un trozo demadera, nada que pudiera haber partido el crá- neo de la víctima. La espalda hasta el extremo de las corvas nopresentaba el aspectode haberse que- mado a fuego directo, sino de haberse sancochado. Cuando el cadáver fue movido para trasportarlo, se vio que el vientre estaba perfectamente cubier- to de carboncillos incrustados y con aspecto de car- bonización directa . (Tartarin y Mora, 1909) El lecho de papeles en que descansaba no se había quemado. El cuerpo fue sacado del sitio, descubier- to, mientras las autoridades que habían llegado una tras otra, ordenaban que nadie tocase allí, hasta el día siguiente . (Tartarin y Mora, 1909) Antes el médico de la Prefectura, valiéndose de un espejo y después de examinar todo el cuerpo, observó detenidamente el inconocible rostro de la víctima y pudo ver que en la mejilla derecha había la señal de un golpe, golpe que habría tenido su ex- plicación natural si se hubiese notado en lamejilla izquierda que estaba por el lado del tabique diviso- rio, a lo largo del cual, hacia el norte, con pequeña inclinación al oeste, yacía el cadáver . (Tartarin y Mora, 1909) Por efecto del fuego que calcinó completamente la ropa, el cuerpo aparecía desnudo. De la ropa u objetos que llevara encima no se descubrió sino un pedazo de cuello carbonizado y una cigarrera de plata que venía a descansar debajo exactamente del pecho. Con ayuda de espejos se trató de ver la cara . (Tartarin y Mora, 1909) Foto N° 29. Registro policial del segundo jefe de Seguridad Sr. Aurelio Valladares. Da cuenta de cómo se encontró el cuerpo de la víctima. BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE. Revista Zig-Zag (1905-1964). Memoria Chilena. Disponible en https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3684.html. Accedido en 20/4/2025. 37 Capítulo 1 . Viernes 5 de febrero de 1909.

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