El crimen de la calle Nataniel: Testimonios, fotografías y documentos del caso que revolucionó la odontología forense en Chile

En el mismo estilo continúa su relato: Las ha- chas de los bomberos relampagueaban valerosas, en la elevación de las paredes, destrozando fie- ramente. El agua caía sobre el edificio por todas partes. Pero el fuego, como un monstruo insacia- ble de destrucción, rompía incontenible por todos lados, devorando, avanzando. A las 15:30 horas los altos, correspondientes a la legación, se desplo- maban casi de un golpe, con un estruendo terrible, levantando en su caída algo como una columna volcánica. La legación estaba destruida. Por el tumulto de los espectadores, corría la noticia de boca en boca hasta la Alameda, y de allí se disten- día por toda la ciudad. En el Club Alemán, situado casi al frente de la legación, producíase casi pánico. (Alas, 1909) No conforme con eso, aplicó fuego con un soplete al rostro de Tapia, carbonizando sus facciones hasta hacerlo irreconocible. Acto seguido, vistió ropa de repuesto que había escondido en la legación la noche anterior, encendió una mecha con acelerante —tam- bién preparada con antelación— y prendió fuego al edificio. Cubierto con un sombrero y un pañuelo en el rostro, huyó hacia el río Mapocho cruzando el Puente del Arzobispo, rumbo al Cerro San Cristóbal, no sin antes cerrar con llave la puerta principal. Hacia las 13:40 horas, los vecinos alertaron por una densa columna de humo que brotaba de una de las ventanas de la legación alemana. (Benadava, 1986) Sin conocer aún sus consecuencias, el ofi- cial de guardia de la Quinta Compañía de Bomberos de Santiago, voluntario Abel Coo Tagle, anota que a las 14:00 horas el fuego apareció en la legación alemana ubicada en calle Nataniel entre las calles del Instituto y Olivares. Señala que a pesar de la prontitud con que llegaron todas las bombas, el fuego consumió rápidamente el edificio y se comunicó a las casas vecinas de material ligero. La quinta em- pleó las mangueras del gallo y envió a buscar más al cuartel. Al día siguiente se trabajó apagando escombros. (Gutiérrez, 1973) Con el lenguaje florido de ese tiempo, Claudio de Alas, pseudónimo del Sr. Jorge Escobar Uribe, en su libro Fuego y Tinieblas o el Drama de la LegaciónAlemana, describe la situación de la siguiente manera: Los pena- chos rojos y flameantes coronaban las techum- bres, produciéndose entre su densidad de cuando en cuando, sordos estrépitos de vigas derrumba- das, que a su paso lo arrastraban todo. Los balco- nes vomitaban cataratas de llamas y de chispas. Los chorros cristalinos de las mangueras eran im- potentes para dominarlas. (Alas, 1909) N. del A. “Mangueras del gallo” o “gallo”, se refiere a carretes de manguera antiguos y grandes, que a veces eran tirados por los bomberos hasta el lugar de la emergencia El Sr. Alberto Ried Silva , con 23 años, en ese momento voluntario de la Quinta Compañía de Bomberos de Santiago, relata en su obra póstuma de 1966 titulado El llamado del Fuego , en primera persona lo que ocurrió. Pues bien, esa tarde del 5 de febrero de 1909, a las dos post-meridiano, iniciaba yo el trabajo de traductor y secretario privado de un personaje japonés, Tadao Kámiya, quien se alojaba en el Grand Hotel, ubicado en la calle Huérfanos. Había venido a Chile como apoderado general de una poderosa empresa de inmigración denomina- da la “Toyo Imin Kaisha”, con el objeto de fundar en la Provincia de Llanquihue, en el vasto y verdadero territorio de Huitrapulli, perteneciente a la fami- lia de Ide de Osorno, una colonia de compatriotas nipones que crearían, en medio de la selva virgen, que más tarde recorrimos en prolongada y difícil exploración, una fábrica de celulosa y papel. 24 EL CRIMENDE LA CALLE NATANIEL. Testimonios, fotografías y documentos del caso que revolucionó la odontología forense en Chile (1909). N. del A. El colapso estructural —en particular, la caída de vigas—adquirió relevancia al ser la causa de muerte inicialmente atribuida al cuerpo encontrado en la escena del siniestro N. del A. La prensa de la época indica distintas horas de origen del incendio 13 40, 13 50 y 14:00 horas Ya se intentará explicar estas diferencias de registro

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