El crimen de la calle Nataniel: Testimonios, fotografías y documentos del caso que revolucionó la odontología forense en Chile
Foto N° 234. Los hermanos Honorio y Carlos Falcón Ortega, dueños del hotel El Ferrocarril de Victoria saliendo de la cárcel. En este hotel se hospedó Beckert mientras huía al sur del país. En casa de uno de ellos, además, se le ofreció alojamiento por verlo muy cansado. Los engañó a ambos, y por eso lo ayudaron a huir a Argentina por el paso Rahue. Inclusive uno de ellos le dio una pista falsa a la policía, pero cuando se enteró de que era un criminal fugitivo, entendió que había sido engañado, cambiando de opinión y les indicó a los perseguidores hacia donde se estaba escapando realmente. Su testimonio fue fundamental para su captura. BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE. Revista Zig-Zag (1905-1964). Memoria Chilena. Disponible en https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3684.html. Accedido en 20/4/2025. Cuando se tiene la honra de ser llamado a un país joven para difundir la ciencia y el renombre de la patria, es menester que, junto con los vastos co- nocimientos, que abonan la propia personalidad científica, vayan aparejadas también el trato culto, la acción comedida y benévola, el desinte- rés, el don de gentes, en fin, que da el roce de una cultura superior. Cuando se dispone de éstas, que pudiéramos llamar armas corteses, todos espon- táneamente por patriotismo, se agrupan en torno del que las maneja y cuenta él entonces con la esti- mación y la ayuda de sus colegas. Voy a terminar y no quiero hacerlo sindecir que por qué he tomado yo parte en este sensacional proce- so. Cuando Beckert era la víctima y Tapia el asesi- no, cuando dos de nuestros colegas y compatriotas habían sido pública e imperialmente fustigados por el látigo de la infalibilidad del eminente señor Westenhöffer, cuando el nombre de Chile aparecía desmedrado ante los extraños por la comisión de un crimen salvaje perpetrado en la persona de un funcionario diplomático extranjero, las dudas que surgieron en el espíritu público estimularon en mí un impulso de dignidad herida, de patriotismo, de amor a la verdad, que me hizo ofrecer gratuita- mente mi servicio profesional. Éste fue el motivo de mi participación en el proceso. Las observaciones que se desprenden del estudio que precede a esta ligera exposición obligan, a mi juicio, a los poderes públicos a investigar cuidado- samente en sus menores detalles estos: Primero: ¿por qué en la re-autopsia de la tarde del día 8, los doctores Westenhöfer y Aichel no fueron acompañados por doctores chilenos, como lo dis- ponía el decreto judicial que autorizó la reapertu- ra de la investigaciónmédico legal?. Y segundo: si las ropas estaban o no adheridas a los restos carbonizados, porque si no lo estaban, como aseguran los médicos chilenos, es evidente que ha habido el propósito de cohonestar el prejuicio de que ese cadáver pertenecía al canciller Beckert. (Alas, 1909) 224 EL CRIMENDE LA CALLE NATANIEL. Testimonios, fotografías y documentos del caso que revolucionó la odontología forense en Chile (1909).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=