El crimen de la calle Nataniel: Testimonios, fotografías y documentos del caso que revolucionó la odontología forense en Chile

Al final del documento se indica que se infor- mó por telegrama al juez de Letras de Chillán, ese mismo día 10 de febrero de las instruccio- nes del juez Bianchi. Se buscaba entonces a Ciro Lara Mottl y ya no a Exequiel Tapia. El prefecto Arce actúa con máxima prontitud para cumplir con la orden de aprehender al tal Ciro Lara. Ubica en la Plaza de Armas al Gobernador de Ñuble don Vicente Pérez M. y obtiene que firme en el dorso del telegrama la siguiente anotación. (Benadava, 1986) Febrero 10 de 1909. Ruego a las autoridades de la República donde se presente el Sub-Inspector Froi- lán Garretón de la policía a mi mando, le den toda clase de facilidades para la captura de Ciro LaraM. Pedida por telegrama de vuelta. Vicente Pérez M . (Benadava, 1986) Estas informaciones se filtraban a la prensa y era así como el periodista Donoso dice: Viva contrariedad ha causado en el público la noticia que dimos ayer de haberse dejado escapar a Beckert después de sorprendido y preso enVictoria. El hecho de presentar el supuesto Ciro Lara Mottl un pasa- porte visado por el Ministerio de Relaciones Exte- riores habría bastado en circunstancias normales; pero no cuando se tienen fundados motivos para creer que se ha echado el guante a un hombre que ha cometido una serie de crímenes horrendos. Con esta delicadeza para con los perseguidos de la jus- ticia, difícilmente se llegaría a aprehender unmal- hechor entre nosotros. (Tartarin y Mora, 1909) De hecho deja entrever que podría haber sido intencional que no se le detuviera: Es corriente la opinión de que instrucciones secretas del Gobier- no habrían determinado al inspector Garretón a soltar su presa. Esas instrucciones estarían inspira- das en el deseo de hacer menos duro a la represen- tación de Alemania en Chile el fracaso sufrido con motivo de estos sucesos . (Tartarin y Mora, 1909) De hecho, este periodista nombra al gobierno en el asunto y dice: No nos contamos nosotros entre los que atribuyen al Gobierno esta conducta. No podemos suponer ni por un solo momento que haya, pospuesto los intereses de la verdad de la jus- ticia a ninguna clase de consideraciones por respe- tables que sean, La justicia pide que se esclarezca plenamente cuanto ha ocurrido en el incendio de la legación alemana y ese esclarecimiento debe venir. No debe olvidarse que en el propósito de no molestar al representante de una nación amiga, se querría dejar sobre la memoria de un pobre y hon- rado servidor la lápida del asesino. Por otra parte, no se trata aquí de crímenes polí- ticos, de esos que solo afectan a la estabilidad de un Gobierno o de una combinación partidarista; se trata de delitos comunes dañinos a toda la hu- manidad, donde quiera que se cometan. El robo, el asesinato, el incendio son crímenes que afectan a toda la especie humana y no a esta o aquella na- ción; de modo que cualquiera que sea la nacionali- dad del delincuente y el territorio en que los críme- nes se han cometido, el castigo debe ser inexorable sobre su autor. Pero al mismo tiempo deja claro que no se pensaba que era algo que quisiera el ministro Bodman o el imperio alemán y agrega final- mente que: De aquí que estemos convencidos de que el Ministro de Alemania no solo no ha insinua- do ni hecho insinuar a nuestroGobierno el deseo de que a Beckert se le deje huir, sino que es el prime- ro en desear que se le encuentre y se le pene como merece. (Tartarin y Mora, 1909) Escobar describe el ambiente que había al te- ner ya más certeza de lo que había ocurrido y dice: y en la ciudad el vértigo de las informaciones. N del A. El juez Bianchi responde inmediatamente, en la misma carta de Castro que se haga como él indica Es interesante ver que la carta de Castro está fechada 11 de febrero, pero la respuesta, en la misma carta, está fechada 10 de febrero de 1909 En realidad, la fecha correcta es 10 y no 11 de febrero 143 Capítulo 6 . Miércoles 10 de febrero de 1909.

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