Humanizar la Inteligencia Artificial. Orientaciones para un uso ético y transformador de la IA en la educación y la investigación en salud
-11- Humanizar la Inteligencia: Orientaciones para un uso ético y transformador de la IA en la educación y la investigación en salud El tercer principio, referido a la equidad y justicia tecnológica, plantea la necesidad de garantizar que la adopción de IA no amplíe las brechas existentes entre estudiantes y docentes, ya sea por desigualdad en el acceso a dispositivos, conectividad, formación o habilidades digitales. Asimismo, implica evaluar críticamente los sesgos algorítmicos que puedan reproducirse en contextos educativos o clínicos. Para ello, se recomienda realizar diagnósticos institucionales de brechas, ofrecer formación inclusiva en alfabetización digital y monitorear de forma sistemática los impactos diferenciados de estas tecnologías. El cuarto principio es el de integridad académica y autoría responsable, el cual exige reconocer que, si bien la IA puede facilitar tareas de síntesis, redacción o análisis, no debe sustituir el trabajo reflexivo ni el compromiso ético con el aprendizaje o la producción científica. Las herramientas de IA deben ser utilizadas como apoyo, no como reemplazo del esfuerzo intelectual del estudiantado o del investigador. Así, se deben definir normas claras de uso legítimo, adaptar las rúbricas de evaluación al contexto digital y formar a la comunidad académica en prácticas que promuevan el pensamiento crítico y la honestidad intelectual. Finalmente, el principio de gobernanza participativa y actualización continua sostiene que la regulación del uso de IA debe ser deliberativa, flexible y situada. No basta con establecer directrices iniciales; es necesario construir mecanismos institucionales que permitan revisar, ajustar y co-construir lineamientos en función de la evolución tecnológica, normativa y cultural. La creación de comités de monitoreo ético-tecnológico, la actualización periódica de este documento, y la inclusión de espacios deliberativos con participación docente y estudiantil son expresiones concretas de este principio. En conjunto, estos cinco principios conforman el marco ético que debe guiar el diseño e implementación de toda política, práctica o innovación basada en inteligencia artificial en la Facultad de Medicina. Su adopción no solo permite prevenir riesgos o malas prácticas, sino que orienta hacia una cultura académica de innovación reflexiva, centrada en la equidad, la integridad y el compromiso con el desarrollo humano.
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