Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

85 con su madre que era muy inteligente y también una madre muy cariñosa, de normas estables pero no estrictas. Siempre tuvo buenas relaciones con sus compañeros. Era buen alumno, pero nunca se hizo mucha cuestión del tema: se daba por sentado. Recuerdo que al salir a vacaciones hacía tooodas las tareas el primer día, para así tener libres todos los días restantes. Para mi gusto, leía poco, entonces cuando tenía unos 15 años, hice un trato para que leyera un libro de Coloane, “sólo 20 páginas y no molesto más” dije. Salió después de 2 horas muy emocionado, y desde entonces sí empezó a leer. Era ya muy exigente con lo que era correcto o no, con lo que era justo o no. En los últimos años de liceo hacía la vida normal, iba a “malones” y tuvo una polola muy linda y a la cual quería mucho. Al egresar y gracias a sus buenas calificaciones, entró a la Facultad de Ciencias a estudiar Física. Nos divertía mucho porque tenía planificada su vida como un investigador, y soñaba con una vida muy cómoda, casa, esposa, aparato de música. Decíamos “Alejandro salió el más burgués”, lo que tuvimos que comernos más adelante. En Física se hizo de inmediato de un grupo de amigos con los que estudiaba y que, mirando hacia atrás, terminaron todos ellos siendo miristas. Muy activos políticamente, en esos años en que se produjo la expulsión de profesores argentinos exiliados políticos y el proceso de Reforma Universitaria (1968-69). En 1970 ya militaba en el MIR y fue detenido en un enfrentamiento con la policía cuando el MIR fue declarado ilegal por el gobierno de Eduardo Frei. Imagino que fue una experiencia que lo marcó en el sentido de pasar de ser un estudiante con proyectos profesionales a conocer la realidad política y represiva, y a compartir el profundo sentido del compañerismo con los otros detenidos. Cuando lo volví a ver, lo encuentro otra persona, maduro, serio y muy decidido sobre lo que quería hacer: ser militante, dejando todo lo demás atrás. Y lo hizo hasta su muerte. Militante en tareas delicadas, que contaba con toda la confianza de sus compañeros, muy convencido de todo lo que hacía. Desde el Golpe Militar pasó a la clandestinidad, dado que su anterior