Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

78 entre los prados, por el desierto; se oye un leve murmullo musical entre los árboles, muy pronunciado, curioso como de cataratas, ora acallado, ora despierto; otra vez es tu voz y tu dulzura. Todos los sentidos, la vista, el oído, el olfato delicadamente complacidos: es tu voz y tu valentía “ En Ovalle sigue siendo recordado. Todos los años se realiza una romería y se encienden velas por él y los otros ejecutados. El Consultorio lleva su nombre y la ambulancia circula por la zona con el nombre de Dr. Jorge Jordan impreso en su costado. La periodista Patricia Verdugo escribió un artículo en el que habla de la muerte del hijo mayor de Jorge Jordan, haciendo un paralelo con el suicidio del coronel Barriga, juzgado por violaciones a los Derechos Humanos, que causaba gran conmoción pública en esos días. Dice en parte: “Hay suicidios, en cambio, que se lloran en silencio. Sólo 35 años tenía Jorge Jordán y decidió terminar con su vida el día del cumpleaños de su padre: 15 de septiembre. Casi toda su vida vivió en proceso, un “eterno” proceso en búsqueda de verdad y justicia. Tenía apenas tres años cuando vio a su padre por última vez en la cárcel de la Serena. Allí estaba el doctor Jorge Jordán Domic (29 años), prisionero político traído desde Ovalle. Se había presentado voluntariamente cuando fue requerido por bando militar. Esperaba enfrentar un consejo de guerra, ya convocado para el 18 de octubre de 1973, cuando pasó por La Serena el general Arellano Stark y su “caravana de la muerte”. Fue asesinado dos días antes del Consejo. El doctor Jorge Jordan no tuvo derecho a juicio. No tuvo derecho a funeral. No tuvo derecho a una tumba donde su mujer y sus dos pequeños hijos pudieran rezar y poner flores. Su hijo mayor decidió partir de este mundo dejando un solo mensaje invisible: la fecha 15 de septiembre. Arrastró una vida de dolorosas contradicciones, sin saber de la historia real de su padre hasta que ya fue un joven, amparado

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