Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

73 sanatorio Open Door, en un fundo en los alrededores de Santiago donde era director el Dr. Jorge Jordan Subat. La familia tenía allí casa en un ala de un inmenso caserón de adobe. Aeste campo, densamente poblado de enfermos, fuimos a pasar más de algún fin de semana; eran retiros surrealistas en un cuadro bucólico donde teníamos a nuestra disposición una curiosa biblioteca. Así organizábamos entre los tres, debates sobre temas que nos intrigaban: Freud, psicoanálisis, mitología griega, prejuicios burgueses o algo por ahí. También eran interesantes las conversaciones que podíamos establecer con algunos pacientes cuya patología les permitía circular libremente por el sanatorio. Éramos buenos alumnos, no muy disciplinados. Jorge era brillante en todos los campos, pero aún nos sorprendía por sus dotes de dibujante. Debe haber tenido trece años cuando nos impresionaba con la realización de las historietas del Señor Yacaré que dibujaba a mano alzada en sus cuadernos de colegio. Tal vez su hermana Maya haya guardado algún ejemplar. Contrariamente a los otros del trío, Jorge era deportista, jugaba fútbol, decía que le gustaría ser futbolista. Creo que esta afición lo acercaba a su padre, con quien asistía en algún tiempo a partidos profesionales. Aunque nos dispersamos después del bachillerato nos seguimos viendo, a veces tarde en la noche. Nos informábamos de nuestras experiencias de estudiantes universitarios tan diversas, de los nuevos compromisos que fuimos adquiriendo, de los rumbos nuevos que se abrían para Chile, de los cambios sociales que venían. Compartimos muchas esperanzas, pero el tiempo se hacía escaso. Entramos en la urgencia y las obligaciones que nos imponía el fin de nuestros estudios y la obtención de nuestros diplomas. En 1969Jorge partió, recién recibido, a trabajar como médico al hospital de Ovalle y se casó con Amari. Augusto comenzaba a desempeñarse como profesor universitario Sin vernos creo que seguíamos siendo amigos, que podíamos