Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

27 con pulcritud sus modestos vestidos, en cambio su hermano, moreno y ojos cafés, llegaba con los zapatos sucios, la camisa por fuera del pantalón y arrugada, y un bolsón de cuero muy usado, distinto a los nuestros; nunca contenía los cuadernos o libros necesarios para el día y si aparecían estaban destrozados. Era simpático y nos entendíamos en su rudimentario castellano, Stefan Hetzel en cambio era un niño rubio, con ojos azules, delgado y vestía pantalones cortos de cuero bávaros lo que nos llamó la atención, era ordenado y aprendía rápidamente, muy simpático y con algo dulce en la mirada. También recuerdo a Estefanía Rafael, alta, muy blanca y con una hermosa cabellera ondulada negra y de rasgos clásicos; otro chico que recuerdo se llamaba Alvin Ross, los primeros días llegaba soñoliento a clase y se quedaba dormido sobre el pupitre, esto llamó la atención de la profesora que habló con su madre que le explicó que el niño tenía pesadillas debido a los bombardeos sufridos en Alemania por lo que dormía muy poco. Acordaron que pudiese llegar al colegio durante la mañana. Aprendían castellano rápidamente y nos superaban por un gran margen en matemáticas. Un día, nos repartieron una nueva revista con más episodios de guerra y como éramos «partidarios de los ingleses» durante una hora de recreo cogimos a Gerda Frank, la atamos de espaldas a un árbol, y nosotros como pequeños bárbaros corríamos a su alrededor gritándole «¡alemana, alemana! ¡vivan los ingleses!»: ella nos gritaba llorando: «no soy alemana, soy judía», nosotros nos enardecíamos más y seguíamos con nuestra danza; por suerte alguien fue a avisar a la Sra. Aldunate quien apareció en el patio y nos ordenó muy severamente desatar a Gerda a quien tomó en sus brazos y la besaba consolándola; nos dijo ¡todos a la clase! Se paró muy seria, teniendo a Gerda de la mano, y nos dijo: «estos compañeros vuestros no son alemanes, son judíos», quedamos sorprendidos; y nos explicó, ellos son alemanes y «judíos», por lo que han sufrido mucho, han sido perseguidos en Alemania y muchas familias han sido internadas en campos de concentración y otras han huido de Europa y han llegado a Chile; por lo que debíamos tratarlos