Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

180 era delgado. Bonito, buen mozo. Un poco solitario. Y muy, muy directo y honesto. Una vez estábamos conversando, me miró y me dijo que estaba en la duda conmigo respecto a que si yo era muy tonta o muy inteligente. Me lo dijo en serio y me sentí extraña, sin embargo soy una tonta/ inteligente con cosas obvias que se me escapan y grandes aciertos. Nadie me lo había dicho. Creo que era muy observador y no le costaba decir lo que se le cruzaba por la cabeza; creo que me lo dijo para que yo le pusiera más atención a la vida”. Lupe Rico G. 71 fue su compañera: “Era muy comprometido, muy serio respecto a lo que pensaba, muy responsable y consecuente. Lo sigo viendo de compañero de colegio, con el uniforme puesto y ese aire fresco que siempre lo rodeó. Edwin, presente, ahora y siempre !!” Hugo Chacaltana G. 75 : “Conocí a Edwin a fines del año 71. Yo tenía 13 años y acababa de irme de las JJCC donde había militado desde los 12 años. Edwin era mayor. Iba en 3º medio y yo en 8º básico. Fue el único militante del FER que aceptó que pertenecía a esa organización, que era el brazo estudiantil del MIR. Le hablé un día cuando caminaba por el parque del colegio. Edwin me integró inmediatamente, quizás confió en mí, porque le conté que mi padre también era arquitecto como su padre Edwin era tranquilo y de modales suaves. Caminaba medio encorvado y usaba vestones de cotelé que le quedaban siempre un poco cortos. Tenía el pelo claro, con un mechón que le caía sobre la frente. Una vez le conté que no podría ir a una reunión porque no me dejaban salir en la noche y entonces me dijo que me iría a buscar y a dejar a la casa. No obstante su sonrisa, era serio y responsable, tomaba notas en las reuniones y cumplía a cabalidad con las tareas que se le encomendaban. Nunca vi a Edwin participar en acciones violentas. Era tranquilo

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