Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

142 al suelo. Se incorporó e intentó huir pero sus captores le dispararon, hiriéndolo en los glúteos. Según testigos que no quisieron identificarse por temor, fue subido a la fuerza al vehículo, que se alejó a toda velocidad. Al día siguiente, su madre, señora Fresia Rosa Riquelme Castillo, recibió una llamada anónima de una mujer que le informó de la detención y que su hijo había sido llevado herido al Hospital Militar. Fue visto por testigos, en noviembre de 1974, en dos recintos secretos de detención y tortura de la DINA: José Domingo Cañas en Ñuñoa y en la “Venda Sexy” en calle Irán con Los Plátanos de Macul. También habría permanecido en el Hospital Militar en donde se le habría operado por las heridas de bala. Entre el 19 y el 23 de noviembre de 1974, María de la Luz Soto, detenida en la Venda Sexy, vio a Luis Fernando esposado, muy torturado; ella le dio pan y le puso su propio abrigo porque lo encontró muy helado. Se veía asustado y constantemente lo sacaban de esa pieza para ser torturado e interrogado. “La Venda Sexy” o “La Discoteque”, recibió ese nombre por los constantes abusos sexuales que sufrían ahí los detenidos y porque ponían música a todo volumen para que de las casas vecinas no se escucharan los gritos de los torturados. Era una casa antigua de dos pisos y subterráneo. El living era redondo, sin esquinas, con grandes ventanales. Al segundo piso se subía por una escala caracol y allí había cuatro piezas en las que se torturaba. También se practicaban violentas torturas en el subterráneo, en donde se mantenía a un perro amaestrado que violaba a las detenidas, que estaban desnudas y atadas a un camastro de fierro. La habitación donde estaban los detenidos estaba en el primer piso, tenía 3 por 4 m., con una ventana empavonada, piso de parquet, paredes de concreto y algunas banquetas para que se sentaran los prisioneros. También lo vio ahí el prisionero Sergio Manríquez en esa fecha; recuerda que los guardias llamaban continuamente a Luis Fernando