Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

130 a rayas, la marihuana, la música, el sexo, el Che Guevara, llega todo lo que hoy siguen condenando. Se deja el liceo tras doce años de estudios. El destino fue la ciudad de Concepción, la lluvia lo recibe, pernoctará en un hostal, acompañado de varios de sus compañeros. Elige estudiar ingeniería, luego pasa a Antropología donde se siente más a gusto con los tiempos. Como las estaciones del año nos visita en Santiago, donde es atendido y realimentado, alegre canta con una guitarra vetusta al fondo del patio, a la sombra merecida del árbol que lo vio nacer, canta entonces Sergio, como los jóvenes de los sesenta. El odio a la juventud llegó…con uniforme, con nombres y apellidos. Año 1973, Septiembre. Los jóvenes deben ocultar el rostro, vestir de otra forma, fumar otra marca de cigarrillos, cambiar las esquinas, no ver a los amigos, la muerte quiere morder a los egresados del liceo, llevan una marca de fábrica, de un nacimiento. La libertad, la humanidad están en unos afiches que cuelgan en los árboles donde dice se busca, no ofrecen mucho dinero, pero si martirio. El grupo del liceo se vuelve a reunir en Buenos Aires, para luego aterrizar en Paris, enfrentar un nuevo mundo, aprender un idioma, no saber nada del país del cual se exilió, salvo por los diarios que informan las fechorías que hace la dictadura, nacen los hijos de Sergio, estudia un oficio rápido de electricista para mantenerlos, guardando la esperanza de poder retomar sus estudios universitarios. ¿Cuáles fueron los motivos para regresar clandestinamente a Chile?. Sergio no tuvo otra opción, se necesita mucha generosidad para entender, él prepara su retorno a mediados del año 79, para ingresar, junto a su compañera Verónica Cienfuegos en el año 1981. No alcanzaron a permanecer más de diez meses y son asesinados. La decisión de implementar el retorno clandestino fue tomada por la dirección de la organización a la cual él pertenece, que, desde otros lugares y apartados de la realidad, desvarían. A ellos hoy les corresponde asumir sus responsabilidades, en permitir dejar correr la sangre joven de sus miembros. Los primos de Sergio, Arcadia y Julio Flores, corrieron la misma

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