Memoria colectiva... flores de paz y libertad...
12 Pequeña historia del Liceo Basada en el libro “El Liceo Experimental Manuel de Salas”, Florencia Barrios Tirado , 1982 En 1928 en medio de grandes cambios sociales y económicos en Chile hay una gran renovación de la educación, teniendo como meta hacer de la juventud personas pensantes y responsables de su vida y en las tareas que tendrían como ciudadanos. Con su base humanista y artística se fortalecía el área científica y técnica. Amanda Labarca, destacada educadora y partícipe de esta reforma educacional, había realizado especializaciones en Estados Unidos y Europa, trayendo a Chile estas innovaciones y adecuándolas a nuestra realidad. Desde su cargo de directora de Educación Secundaria, en 1932 promovió la creación del Liceo. Parte del decreto del Ministerio de Educación del 28 de marzo de 1932 dice: “Créase un liceo en la Comuna de Ñuñoa que se denominará “Liceo Manuel de Salas” y que será destinado a la aplicación y experimentación de nuevas organizaciones, métodos y programas de enseñanza secundaria” Sería como un “laboratorio pedagógico” dedicado a la búsqueda del pleno desarrollo de la personalidad del estudiante para convertirlo en un individuo adaptado a una sociedad democrática sin perder de vista los requerimientos propios de nuestra realidad social. Los principios rectores del Liceo serían innovadores: la coeducación, el respeto a la persona y a las diferencias individuales de los alumnos, la participación activa de los estudiantes en el proceso educativo, la colaboración de los padres en la educación y formación de sus hijos porque ya se planteaba que en la formación integral del educando intervenía su hogar, el medio social y su comunidad escolar. Se le llamó Manuel de Salas en honor a la figura más destacada del ámbito intelectual, político, social, educacional y científico de la época colonial y de la Independencia de nuestro país. Él tenía un profundo
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