Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

119 Luis quedó tendido pidiendo ayuda. Alguien llamó una ambulancia y el sacerdote Vicente Irarrázabal lo acompañó a la Posta 3 del Hospital San Juan de Dios; con este sacerdote logró enviar un mensaje a una compañera advirtiendo que estaba detenido. Lo atendió el doctor Leopoldo Benavides que lo derivó al Traumatológico. Sin embargo, llegaron dos hombres que le dijeron que Luis era un extremista fugado y que lo llevarían al Hospital Militar. Quedó consignado en la ficha pero Luis nunca ingresó al Hospital Militar. Fue llevado nuevamente a Londres 38 en donde fue visto en muy malas condiciones por víctimas sobrevivientes que han dado su testimonio en los tribunales como Erica Hennings, Patricia Barceló, Scarlette Mathieu y Cristián Van Yurick. El recinto de Londres 38 estaba a cargo de Marcelo Morén Brito (“El Ronco” el “Oso” o el “Coronta”), Miguel Krassnoff Martchenko, Basclay Zapata (“El Troglo”), Osvaldo Romo, quienes participaban en los interrogatorios, torturas y violaciones. Cuando fue detenido, su pareja Patricia Guzmán tenía dos meses de embarazo. Pocos meses después fue también secuestrada desde la casa de la familia Guajardo y su hija nació mientras ella estaba detenida en Tres Álamos. En ese tiempo las otras detenidas hicieron solidariamente una sala cuna para los cuatro niños que nacieron de madres que ya habían pasado por las torturas y permanecieron en cautiverio cuidados por sus madres y por las compañeras que atendían la sala cuna. Patricia debió salir al exilio a Noruega y Cuba. Su hija Amanda vive hoy en Chile y es psicóloga. Pese a las innumerables gestiones realizadas por su madre, Sra. Eliana Zamorano y su familia desde julio de 1974 ante las más diversas autoridades nacionales e internacionales, no ha sido posible establecer la suerte corrida por Luis. La señora Eliana pasó décadas luchando por saber de su hijo. Con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), estuvo en dos huelgas de hambre, de 16 y 17 días cada una (1985), se encadenaron al Congreso conocido lo de Lonquén (1978). Ella dice: “es muy difícil que haya justicia plena:

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=