Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

116 Después del Liceo ingresó a la escuela de Ingeniería de la U. de Chile en 1969. Durante ese tiempo realizaba trabajos ocasionales y con ese dinero hacía regalos a sus hermanos y sostenía sus gastos de educación y de dedicación al ciclismo. En 1973 en 5º año, suspendió su carrera para dedicarse al trabajo político en la Universidad Técnica del Estado y poblacional en Barrancas (Pudahuel) Había ingresado a militar en el MIR a fines de las humanidades en el Liceo. Aquí parte de relatos aparecidos en “Las Historias que Podemos Contar”. Otro más del Manuel de Salas El Negro Guajardo venía del Manuel de Salas (¡otro más!). En la Escuela de Ingeniería de la U. de Chile, como en el colegio mostró también su excelencia. Lucho Guajardo al momento de su detención cursaba 5º año de ingeniería y su compañera tenía dos meses de embarazo. Asistía a clases como tú ahora o como yo fui, o como habían asistido tantos otros negros llenos de talento y a los que demolieron. El Negro vestía con ropas gastadas, los marcos de los lentes también estaban gastados, el pelo motudo, con majestuosidad prola, flaco, loco por el ciclismo. Aún después del golpe entrenaba para participar en el Panamericano del 75, que nunca se realizó. Claro, faltaban los ciclistas. Al Negro lo machacaron unas ruedas un año antes. Él escogió esas ruedas para destrozarse las mandíbulas que así no hablarían de más. Y las ruedas lo hundieron bajo el cemento, y el Negro se hizo estatua, caminamos sobre él, quedó perfecto, no pudo perder en el panamericano, no pudo equivocarse en su Partido, es un ser fijo que ni divorciarse de esta Escuela puede: nadie lo vio salir de la escuela, del país, de este mundo, sus mandíbulas encementadas callarían otros nombres, los nombres de los que nos hemos ido equivocando, envejeciendo, imperfectos como siempre ha sido y tiene que ser.

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