Memoria colectiva... flores de paz y libertad...

105 Con el Mono, hicimos algo que siempre está en mis recuerdos. Cerca de las vacaciones de invierno del 66, Ramón Hugo, me comentó que con Pato López estaban planeando realizar un viaje a dedo al norte, para conocerlo y me propuso si quería ir. Al final a Pato no le dieron permiso y partimos solos con el Mono. Él tenía 15 años y yo 16 años y con cara de niños. Anduvimos 2 semanas recorriendo el norte, y tuvimos varias anécdotas. Llegamos hasta Tacna y comenzamos el regreso. La última etapa la hicimos en la parte de atrás de un camión que había transportado ganado y llevaba restos de paja y bosta de vaca. Estudiamos y preparamos la prueba de Aptitud Académica en mi casa, a la cual asistía también Arturo Lobato. Los tres entramos a la Escuela de Ingeniería de la Chile, pero por apellidos quedé separado. Amí me tocó el 1º A y Ramón Hugo me parece que quedó con Joaquín Martínez. No recuerdo si Arturo Lobato quedó con ellos. Si bien quedamos en cursos separados, nos juntábamos a conversar e intercambiar opiniones sobre el acontecer en el ámbito universitario. Era la época de la guerra fría y había mucho movimiento en torno al apoyo a Vietnam, solidaridad con Cuba, con Ángela Davis y rechazo a las intervenciones de Estados Unidos. Es la época en que nos comenzamos a aproximar a organizaciones políticas y Ramón Hugo se integró en forma temprana al MIR. Yo me dediqué más a jugar a la pelota, ir al cine y tardé más en integrarme a una organización política, al Partido Socialista, en la campaña de Salvador Allende. Al cabo de un tiempo, el Mono me comentó que iba a dejar la Escuela para integrarse de tiempo completo al trabajo del MIR. Yo traté de convencerlo de que la futura revolución socialista iba a necesitar de muchos ingenieros y que no dejara la Escuela, pero no hubo caso. Después de eso nos veíamos muy de vez en cuando, pero la última vez que lo ví, fue después del golpe militar. En febrero del 74, yo estaba solo en mi casa porque me había quedado con un ramo para marzo. De pronto veo por la ventana que venía el Mono, “semidisfrazado”, con el pelo rizado y medio rojizo (el Mono tenía el pelo negro y tieso) y con

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