Policy Brief - Aumento de la cobertura en salud para la población prematura moderada y tardía

et al., 2024; You et al., 2019). Estudios sobre esta población destacan riesgos elevados de problemas en el desarrollo del lenguaje, en motricidad y cognición, lo que explicaría la mayor probabilidad de Trastorno por Déficit Atencional e Hiperac- tividad (TDAH), implicando desafíos educativos significativos (Cheong et al., 2017; Gutierrez-Cruz et al., 2019). Posterior al nacimiento y durante la primera hospitalización, esta población presentan frecuentemente morbilidades como dificultades respiratorias, hipotermia e hipoglucemia, y luego del alta suelen tener un alto riesgo de re-hospitalización debi- do a dificultades de alimentación e ictericia (Huff et al., 2019). Así también, tienen alto riesgo de presentar dificultades en el desarrollo neurológico (You et al., 2019) y en funciones neu- rocognitivas, lo que puede afectar negativamente el aprendi- zaje y el rendimiento escolar a largo plazo (Martínez-Nadal & Bosch, 2021). Estudios recientes revelan un patrón complejo de dificultades en las funciones ejecutivas, en el sistema aten- cional, la velocidad de procesamiento, la percepción visuoes- pacial, la memoria de trabajo y las habilidades lingüísticas, lo que puede impactar en el aprendizaje de la lectura y las ma- temáticas (Martínez-Nadal & Bosch, 2021). Estas dificultades pueden persistir y afectar el éxito durante los años escolares (Chan & Quigley, 2014) complicando el desarrollo de habilida- des sociales y cognitivas cruciales para la integración escolar y social (Harijan & Boyle, 2012). En el metaanálisis de Pettinger et al. (2023), que revisó 76 estudios, se identificó que el bajo rendimiento educativo, el trastorno del desarrollo de la coordinación, el retraso global del desarrollo y el déficit cognitivo son las alteraciones más prevalentes en la población prematura moderada y tardía. Los datos longitudinales sugieren que esta población requiere apoyo educativo continuo, incluyendo programas de educa- ción especializados (Chyi et al., 2008). Por otra parte, Polic et al. (2017) estudiaron 126 niñas y niños prematuros tardíos que recibieron atención en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) y 127 que no ingre- saron a esta Unidad, comparándolos con 131 nacidos a tér- mino. Mediante cuestionarios de calidad de vida y conducta infantil aplicados entre los 6 y 12 años, encontraron un mayor riesgo de problemas emocionales y de comportamiento en el grupo de niñas y niños prematuros tardíos, especialmente en aquellos que ingresaron a la UCIN (44% en niños y 38% en niñas). Estos hallazgos sugieren que los problemas de salud al nacer pueden amplificar consecuencias a largo plazo en esta población prematura, subrayando la necesidad de mayor supervisión médica y psicosocial en la etapa preescolar para detectar signos tempranos de problemas emocionales y con- ductuales (Polic et al., 2017). En una revisión sistemática, Jong et al. (2012) hallaron un mayor riesgo de problemas escolares en población prema- Fotografía: Bebé con oxigenoterapia y sonda nasogástrica, en recuperación. 4

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=