Dossier n°10. Aproximaciones al discurso de la extrema derecha
Dossier N° 10 / Programa de Estudios Comunitarios Latinoamericanos, Universidad de Chile. 41 En este contexto, el Colegio Médico de Chile ha reconocido y condenado la participación de algunos de sus miembros en actos represivos durante la dictadura militar, llegando incluso a sancionar a profesionales involucrados en violaciones de derechos humanos. Un caso emblemático es el del psiquiatra Otto Dörr, sancionado en 2019 por su relación con Colonia Dignidad. En contraste, el Colegio de Psicólogos de Chile ha mostrado un preocupante silencio al respecto, optando por un enfoque selectivo al condenar únicamente actos de violencia contemporáneos, lo que pone en evidencia una falta de posicionamiento frente a las violaciones históricas de derechos humanos (Erro, 2018). De igual manera, ante el ascenso de la ultraderecha, Erro (2024) propone una solución basada en un diálogo social que incorpore la dimensión política del sufrimiento. A raíz de lo anterior, se destaca la necesidad de un trabajo comunitario, donde los psicólogos, como parte de equipos interdisciplinarios, puedan convertirse en agentes clave para atender el malestar social. Esto implica estar capacitados para canalizar la ansiedad colectiva y combatir la desesperanza política, promoviendo la organización social como una herramienta para preservar la democracia. Por último, debemos advertir que el presente escrito no tiene como objetivo patologizar orientaciones o figuras políticas determinadas, puesto que ello implicaría desresponsabilizar su accionar. Más bien, se plantea la urgente necesidad de situar la psicología en el marco político y con ello repolitizar las enfermedades mentales. En este sentido es fundamental abordar políticamente, desde la disciplina de la psicología, los problemas sociales que actúan como factores de riesgos que atenten contra la salud mental. Las lógicas de la ultraderecha se infiltran en las instituciones y en las subjetividades; a través de sus políticas, y en nombre de la libertad, tienden a desentramar al sujeto de su comunidad, aislarlo, y excluirlo como a un objeto improductivo. Por eso, es trascendente destacar lo que Montero (2004) plantea: “ Respecto a la posición y enseñanza de los psicólogos: enseñar que (...) la comunidad no es un ente enfermo, débil, o inerme, desechando así las concepciones ideologizadas de lo que son las comunidades (...)” (p.92). Como profesionales de la salud debemos apuntar a la rehabilitación del sujeto en su comunidad, priorizando sus lazos sociales, culturales, laborales, y comunitarios; destacando la necesidad de una existencia que no sea ni enferma ni delincuente.
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