Dossier N° 10 - Aproximaciones al discurso de la extrema derecha

Dossier N° 10 / Programa de Estudios Comunitarios Latinoamericanos, Universidad de Chile. 22 Conclusiones preliminares Como se trata de un tema en desarrollo en la política del continente, establecemos algunas conclusiones preliminares y no definitivas. En el transcurso del siglo XIX al XXI, hemos visto el tránsito que ha seguido la derecha desde la oligarquía criolla hasta su versión más extrema, proceso en el cual, desde tenerlo todo, comienza a perder el poder, por el ascenso del progresismo a nivel mundial, incluyendo América Latina. En esa dinámica, la derecha logró mantenerse en equilibrio, adaptándose a una modernidad democrática que implicó pérdidas, pero al mismo tiempo se ganó en bienestar al conjunto de la población. No obstante, la emergencia cada vez más potente del feminismo y de otros movimientos, con sus demandas y cuestionamiento a la misma modernidad, sostenida por el patriarcado, viene a poner en duda y a desestabilizar elementos esenciales como la propiedad privada y dimensiones asociadas a ella como la identidad, la libertad, la familia y otros, que hacen al mundo de la derecha innecesario e injustificable, lo que pronostica su muerte social. Si bien ese nuevo mundo al que nos referimos está en proceso y los futuros cambios están en disputa, estos apuntan a salirse de lo estable para entrar en un mundo en movimiento, en el cual nuestra realidad ya no está definida por aquello que más nos controla: la propiedad, síntesis de lo fijo. Ya no hay un centro, no hay un lugar de confluencia, no hay un lugar hegemónico, todo lugar es valioso, ni hay jerarquías. Las diferentes culturas son relevantes en sí mismas, la comparación no tiene sentido, de modo que la economía ya no necesariamente busca la riqueza, sino el bienestar. Tal vez no es que esto implique un derrumbe del proceso moderno, pero sí una dinámica que exige cambios que nos hablan de un nuevo paradigma, un nuevo diseño y, eventualmente, aunque suene aventurado, una revolución social. Frente a ello, la derecha reacciona y comienza a elaborar una recuperación de sus elementos esenciales y clásicos, los cuales, al ser reflotados mediante la construcción de una nueva narrativa, logran tocar fibras profundas de la población, especialmente aquella que se encuentra al límite en su ingreso a la modernidad, que recibe bien este discurso orientador frente a los cambios del siglo XXI. De cierta manera, entonces, la derecha, ahora extrema, se reinstala, poniendo en jaque al movimiento progresista. Lo que queda por delante para el progresismo es aumentar su capacidad de comprender estos procesos sociales, combatir los argumentos de la derecha, desinstalando sus bases decimonónicas y, especialmente, avanzar en construir una nueva narrativa que incorpore a los movimientos por la identidad, en un nuevo rediseño social para todo este nuevo siglo.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=