Decolonialidad y comunidades posibles

95 la revolución cubana (1959) y la experiencia de la revolución cultural China (1966) repercutieron en Chile, abrieron cambios hacia el sector rural y lo instalan en primer plano en el país, lo que se concretiza con la ley de sindicalización campesina y de reforma agraria de 1967. Sin embargo, la preocupación se centra en el destino de los inquilinos y sus precarias condiciones de vida. Pero se mantiene en el olvido otra vez a las comunidades indígenas, a los afuerinos, a los minifundistas y a las mujeres campesinas. En medio de la bullente reforma agraria, fue el gobierno de la Unidad Popular (1970) que dicta una ley dirigida a la restitución de las tierras indígenas que habían sido entregadas a colonos y empresarios para su explotación. Y, al mismo tiempo, el presidente Salvador Allende, amplía la mirada logrando que se identifique y pondere el fenómeno de los afuerinos y vagabundos e inicia una política dirigida a su visibilización, a su protección a través de políticas sociales y mediante su inserción en el proceso de Reforma Agraria. Todo ello a partir de una reunión del presidente en la casa de La Moneda en 1971 junto a la organización de dirigentes afuerinos. Así, se convoca en este periodo a la constitución de comités campesinos comunales en los que participan activamente los distintos actores locales relacionados con esta reforma: minifundistas, afuerinos, mujeres, comunidades indígenas que no habían sido consideradas en el diseño original del proceso. Aparece aquí una interesante estructura local de participación que crea una instancia para enfrentar las tensiones surgidas con los excluidos y con las dinámicas sociales de la época. Los afuerinos piden lugar en los pueblos donde puedan vivir y empiezan la construcción de organizaciones que los representen. La sangrienta llegada del golpe militar, en 1973, anula estos logros y expulsa del territorio rural a los dirigentes de los Asentamientos, como los Centros de Reforma Agraria (CERA), los Centros de Producción (CEMPRO) y cualquier otra forma de organización . El neoliberalismo, presente ahora (1973 en adelante), transforma a los afuerinos en una gran masa de temporeros, cambiando las relaciones laborales nuevamente. Las explotaciones agrícolas cierran el paso a extraños y la mayor parte de la actividad se transforma en trabajo temporal, según las especies cultivadas y las zonas geográficas en que están situadas, por sólo unos meses al año. De forma que los afuerinos, actualmente, siguen al margen en un continuo vagabundear en lo rural y ahora también, en lo urbano. Sin ir muy lejos, a modo de ejemplo, en el río Renaico, en la XIX Región de Chile, muchos campesinos, pese a disponer de tierras, no se interesan por desarrollar un plan productivo que les permita, vía

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