Decolonialidad y comunidades posibles
70 arrinconada a los espacios más oscuros, degradantes de los “nadie”, una especie de basura social, sin valor alguno. Es en esas condiciones a las cuales se sometió al sector popular. Esta mal conformada sociedad moderno- europeizante conducida por las elites atrapa a esos “don nadie” en calidad de “piltrafa social”, para forzarlos a inyectarse esa identidad extranjerizante construida por la elite. Una inoculación a presión, obligada en contra de la voluntad mayoritaria, a contrapelo, exigidos a una especie de travestismo involuntario. De esta manera, el sector popular, tragado y maniatado socialmente, es construido con una identidad inventada, aunque nunca llegará a una transformación completa, siendo sólo un sujeto a medias, deformado, pero no desconfigurado, no completamente integrado, no enteramente convencido, con una metamorfosis incompleta. Es decir, pese a todos los esfuerzos realizados por el poder, no se logra totalmente la tarea, de manera que, en el fondo de su ser, el sector popular, en un rincón secreto y ultra reservado de su territorio, mantiene un nudo íntimo que guarda la identidad propia, esa identidad ancestral, la cual se preserva allí congelada, pero no muerta, siendo también dinámica y no esencialista. Es así como, desde ese espacio oculto, vuelve a emerger esa identidad profunda, bajo ciertas condiciones de estímulo social, desencadenando inicialmente un firme rechazo a la identidad nacional de las elites, para posteriormente buscar y hurgar en la superficie social, su liberación y formas de expresión, mediante diferentes acciones y caminos. Es en esta dinámica que podemos entender la migración también como un proceso causado por la subalternización, la sumisión de la identidad propia y el intento impositivo de instalar otra ajena. Así, la migración es un escape frente a esta cárcel emocional, psicosocial, que implica un viaje de salir del espacio opresivo y la búsqueda de otro lugar más acogedor y apropiado para retomar fuerzas y dar curso a la reincorporación de su identidad propia. La instalación estructural del migrante contemporáneo Tal como ha ocurrido, en países como Inglaterra, Francia, Alemania o Estados Unidos, entre muchos otros, la migración tiene una consolidación estructural, a diferencia de nuestro continente (Galaz, Poblete & Frías, 2017; García Canclini, 2000), aunque también está ocurriendo este fenómeno aquí. No obstante, en aquellos países se ha producido una fuerte integración de los migrantes al funcionamiento de la sociedad de todos los días y estos grupos son parte de la estructura productiva como cualquier local. Asimismo, hay espacios, territorios urbanos cuyo funcionamiento es
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