Decolonialidad y comunidades posibles

56 Su planteamiento ahora es la conformación de colectivos agrupados bajo identidades diversas, como un despliegue de la multirealidad invisibilizada por mucho tiempo por la ideología de una sociedad igualadora. No obstante, esa no es la única expresión de las nuevas formas de lo colectivo. El tiempo continúa su curso y en esa dinámica confluyen dos fuerzas que generan una impresionante nueva explosión social, la pandemia y las redes sociales. Estas últimas basadas en la aparición de internet y, particularmente, de la realidad virtual. Habiendo surgido la informática y el mundo de los computadores hace ya más de 40 años atrás, su conjunción con la reciente pandemia del 2020, trajo consigo su ratificación en el funcionamiento social actual. Debido al obligado encierro, pero teniendo a disposición esa tecnología, comienza a aprovecharse en todos los campos: reuniones virtuales, clases, encuentros sociales, publicidad, comercio, transacciones, teatro virtual, planificación, proyecciones, en fin, miles de posibilidades que comenzaron a ser realidad y a utilizarse como un elemento central de la vida actual. Así fue como lo colectivo, empezó a irse de las manos, a ser incontrolable. La sociedad progresista del siglo XX quedó atrás como un momento más básico de desarrollo y, actualmente, lo colectivo se ha instalado al margen de la sociedad, pero al mismo tiempo en el corazón de ella. Podríamos decir que hay dos sociedades funcionando en paralelo: la sociedad del mundo “real” y la del mundo “virtual”. Esto tiene que ver principalmente con los avances de las redes sociales, con los espacios informáticos, con la virtualidad, de modo que el mundo que conocemos no es el mismo. Hay un mundo que funciona, por decirlo así, en otra dimensión, porque no se despliega en el espacio físico sino en la nube, en los computadores, en los teléfonos celulares. A partir de allí la vida se vive en otra condición y ese nuevo mundo, esa nueva dimensión, ha adquirido fuerza y, principalmente, ha ganado en realidad propia, existe de manera independiente. Este hecho hace que tenga actualmente un gran peso en la sociedad, tiene incidencia e influencia, altera sus ritmos y decisiones y posee la capacidad, incluso, de desviarla de sus itinerarios establecidos. Podríamos señalar que el mundo de las redes sociales ha pasado por dos etapas principales de las cuales nos encontramos plenamente en la segunda. Al inicio, en la primera etapa, las redes sociales estuvieron en manos de la población, la cual introducía información que circulaba por toda la red y esta terminaba conformando noticias sobre lo que estaba sucediendo. Los usuarios y participante de las redes observaron notas allí disponibles que mostraban lo oculto de la sociedad real. Los datos de la red develaban y evidenciaban los negocios sucios, las relaciones turbias, los errores de los gobiernos, los involucrados en dineros mal habidos. Lo colectivo se trasladó y se constituyó como

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