Decolonialidad y comunidades posibles
55 A partir de allí, se hace una crítica a esa epistemología moderna, la posmodernidad propone la importancia de la relatividad social. Y, por lo mismo, la importancia de diferentes sujetos sociales, que han sido invisibilizados por la modernidad (Foucault, 1980). Esta inflexión, devela que el mundo es más complejo y que su estructura relacional debe ser denunciada y desbaratada. Es así como en distintos planos se corre la cortina, que permite observar la amplitud de posibilidades existente a disposición de las personas y de los grupos humanos. Posibilidades ocultas, borradas, enmascaradas, pero que la posmodernidad pone sobre la mesa como realidades factibles. Se abre, entonces, el campo hacia la diversidad de familias, de sexualidad, de culturas, de metas sociales, de estilos de vida. Muchas más cosas son posibles y ello gatilla un giro de los movimientos feminista, afrodescendiente y, especialmente, del movimiento Gay y LGTBIQA+. Decantando lo dicho, el elemento más presente aquí, en vinculación a lo colectivo, es la diversidad y su relación con la identidad, con identidades diversas. Nace un nuevo tipo de colectividad, ya no pensando valorar la importancia de lo social y la necesaria protección del ser humano, sino en la posibilidad de expresión de la diversidad del ser humano. Se clausura la identidad nacional, las identidades homogéneas, las identidades modernas y aparecen las identidades gays , identidades trans , las identidades basadas en los derechos humanos, ajenas al color de la piel. Se valoran las identidades regionales y las identidades de diversas opciones personales (García de la Huerta, 2010; Montonaro, 2017). Lo colectivo ya no refiere a la necesidad de nuclear a la población en función de resolver temas básicos, de calidad de vida, de participación, de servicios fundamentales, sino de reunirse en función de la emergencia de las identidades, múltiples definiciones, donde ya no hay un solo tipo de mundo. VI. Nuevas visiones de lo colectivo Con la emergencia de la posmodernidad, lo colectivo explota en diversas formas. Ya vemos una expresión asociada a los nuevos movimientos sociales centrados en reivindicaciones por ampliar la matriz de relaciones sociales, acusando a la modernidad de sostenerse bajo la opresión relacional y la construcción de identidades homogéneas, cuando estas no existen; o construyendo identidades disminuidas e inferiorizadas con el fin de localizar a esa población en la base de la pirámide social con el objeto de su explotación.
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