Decolonialidad y comunidades posibles
52 modo que se observó como negativo que las decisiones sobre un problema determinado se tomaran por una persona, lo que fue calificado de autoritarismo y de arbitrario. Había surgido lo colectivo, una nueva versión de lo social, una nueva forma de construir la sociedad. Donde lo colectivo es una nueva forma de participación, de pensar las necesidades y las soluciones. Es una manera diferente de procesar, de aquilatar, de digerir, de producir lo social y la sociedad. Se rompió con la idea de lo individual y de las decisiones concentradas en grupos privilegiados. Sin duda, la democracia y la discusión se lleva en el parlamento, a través de diputados y senadores, en tanto se elabora un concepto de gobernanza centrada en la representación. Ello, igualmente, es una forma de lo colectivo. El parlamento se colectiviza, a través de los partidos políticos y de otras instituciones intermedias. De esta manera, el contexto privilegiado de lo individual y de lo privado cambió, se derrumbó. Surgió lo público que fue creciendo desde sólo hombres calificados por sus bienes y educación, hacia la incorporación de los trabajadores y de las mujeres (el movimiento feminista va más lejos a fines del siglo XX) e incluso de los campesinos e indígenas, estos últimos en menor medida, aunque en esta dinámica adquirió un nuevo peso el concepto de ciudadano. Ahora somos todos ciudadanos y eso es una categoría inclusiva, que no deja a nadie fuera de su derecho a participar, a gozar de beneficios y derechos. Con la colectivización, la sociedad, se hizo más humana que antes. Para cerrar este importante punto, es necesario recalcar que este nuevo tipo de sociedad pone y debe poner el acento en la promoción de lo colectivo, vale decir, de la organización de los distintos segmentos de la sociedad. Desde los sindicatos hasta las juntas de vecinos, hasta los comités de adelanto barrial, de modo que se hace necesario entender en esta nueva fase lo individual como incorporado a lo colectivo. Lo individual per se , es una instancia aislada, no ensamblada, descolocada. La sociedad, entonces, funciona también no sólo con el parlamento, sino con todas esas otras organizaciones legales que también definen y construyen lo social. Todas ellas, y otras, transformaron sus estructuras de funcionamiento, se formalizaron y se legalizaron. Surgieron leyes, estatutos y mecanismos que conceptualizaban la forma y la dinámica de la marcha de estas nuevas organizaciones como, asimismo, sus límites y sus fronteras. Se buscó una regulación, de modo que las reuniones, las asambleas, tuvieran un hilo conductor y fueran productivas, es decir, pudieran llevar adelante sus propuestas. Se encuentran, además, modos de reunirse, derivando algunos en encuentros más largos y en congresos. También comenzó a incentivarse la promoción de líderes,
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