Decolonialidad y comunidades posibles

51 alimentación y por promover el alcance de la población de los alimentos necesarios para la vida, al menos en las cantidades necesarias y en los nutrientes fundamentales para cumplir con lo básico o los estándares establecidos. De esa manera, procurar que nadie quede sin alimentación. Toda la población pasó a ser preocupación del país y su brazo ejecutor fue el Estado, entendido como un conjunto de instituciones nuevas creadas para montar las estructuras necesarias para proveer todos los servicios fundamentales y para vigilar que se cumpla la entrega eficiente de los mismos. Otro elemento que pasó a ser muy relevante, para efectos de cumplir con estas metas, y probablemente para poder contar con los recursos necesarios para llevarlas a efecto, fue la nacionalización de las riquezas disponibles, llámese la posesión de materias primas como el cobre, oro, plata, fierro, estaño, otros minerales, madera, caucho, agua, producción alimenticia. Esto quiere decir que dichos recursos pasaron a ser propiedad del Estado y, en definitiva, de toda la población. Y ello especialmente relacionado con las empresas extranjeras. Casualmente, muchas de ellas vinculadas a empresas norteamericanas, las trasnacionales que se habían adueñado y apoderado de dichas riquezas en alianza con los sectores pudientes que iniciaron la independencia, mediante importantes sobornos y componendas, todas expresiones de corrupción. Estas nacionalizaciones, permitieron que los países en su conjunto tomaran legitima posesión de estos recursos y comenzaran a explotarlos y comerciar con ello, en función de destinar y aumentar sus ganancias en beneficio de la promoción social. Este proceso no sólo fue una colaboración del Estado con la población, sino también fue una propuesta de organización de la gente, estimulada por el Estado, esto es, la colectivización, con el fin de que todo este proceso fuera participativo y, al mismo tiempo, objeto de control por las organizaciones sociales. Hablamos de los sindicatos, de las juntas de vecinos, de las cooperativas y otras tantas. La colectivización fue pensada, en el sentido de que la población y las comunidades se hicieran cargo de visualizar sus necesidades, sus urgencias, sus déficits. Ello, a través de juntarse y desarrollar una conversación al respecto. Lo que llevó a la importancia de las reuniones y la participación en su interior, señalando los puntos de vista de cada uno, de cada familia, de cada trabajador, de cada vecino. En este sentido, la opinión de cada uno comenzó a ser importante y a ser considerada. De

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