Decolonialidad y comunidades posibles
42 II. El paradigma de lo Individual Podríamos decir que lo colectivo surge de lo individual, aunque dicho así, parece una frase de perogrullo. En un momento dado, se produce lo colectivo debido a necesidades o urgencias institucionales, lo cual es promovido, estimulado y favorecido. Pero, lo que hemos dicho anteriormente es que la población primeramente se encuentra en una fase comunitaria. Por tanto, entre lo comunitario y lo colectivo hay un momento intermedio que es el momento de lo individual. Una situación extraña, sin embargo, en esto se continúa con la idea de que lo colectivo viene de lo individual. Primeramente, habría que decir que, para llegar a lo individual, igualmente hay que producirlo. Lo individual no existe per se , el individuo es un invento social y es una construcción de la modernidad, que viene de Europa, con autores como Descartes, Kant y muchos otros. Luego, en segundo lugar, hay que señalar que para tener lo individual, se requiere una transformación de lo comunitario. Tal vez, lo que más corresponde indicar es que se requiere una destrucción de lo comunitario. Y eso es lo que ha ocurrido con la colonización y con las independencias, grandes procesos en Latinoamérica que llevan a la instalación de lo individual, a través de la destrucción de lo comunitario. Decíamos que lo individual es principalmente un ámbito de la modernidad, es uno de sus pilares fundamentales, de modo que sostiene a la modernidad e incluso es su eje conductor. Otros elementos de la modernidad son la forma en que el individuo debe comportarse y ello es a través de la razón. Luego está el ámbito de la evolución y, por otro lado, el tema del patriarcado y, así otros elementos, en la medida que profundizamos el campo de la modernidad. Lo individual surge con más fuerza en Europa, al momento de la revolución francesa en 1789, o al menos aparece el tipo de concepción de lo individual que aquí nos interesa. Proviene, en parte, de la monarquía que, si bien ella podría hablar de individuo, más bien, su lógica es de la de un individuo pasivo, quien principalmente debía estar sometido a los designios del monarca (Foucault, 2006). Es el rey quien decide sobre los individuos y él está por encima de la vida y de la muerte. Como, asimismo, bien entendido, el individuo allí está sujeto a un destino. Destino que es elaborado por Dios. En la época de la monarquía el rey era un representante de Dios, los monarcas eran de origen divino, a diferencia de la población en general. Por lo tanto, el horizonte de esos individuos no podía ir más allá de los designios de su destino. Su vida estaba determinada desde su nacimiento hasta su muerte.
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