Decolonialidad y comunidades posibles

40 comunidad al mismo tiempo. Todo ello significa que los parámetros desde los cuales se ve el mundo, para la comunidad son totalmente distintos a la perspectiva individual. La estructura psíquica de los individuos en las comunidades locales de pueblos originarios o autóctonas, está conformadas en relación a la comunidad y su vida. No existe la propiedad privada, la propiedad es de todos, la tierra es de todos y en ello se incluye a los animales y las plantas, que también son dueños de todo. La tierra es de todos y de nadie al mismo tiempo, se está en un lugar gracias a que hay un permiso del mismo lugar para habitar allí. Asimismo, la alimentación, la caza, la pesca, la recolección, son actividades que se realizan para beneficio de todos, no para una sola persona. De modo que siempre cada individuo no piensa en sí mismo, sino su mente es su grupo, piensa como piensa el grupo, así como el grupo considera permanente a los individuos porque cada uno de ellos son un elemento constituyente de su esencia grupal. La psiquis de un individuo no está constituida por un yo, un sí mismo o alguna estructura que aluda una parte íntima y privada, correspondiente a un mundo propio sólo del individuo, sino que sus estructuras, su aparato psíquico es consonante con lo comunitario (Pavón, 2021). No se tiene un solo yo, se tiene principalmente un nosotros o varios yo, correspondientes a las actividades y al funcionamiento comunitario, a la dinámica de sus miembros dentro de una totalidad circular que se alimenta, una y otra vez de la relación individuo y grupo. La comunidad no tiene un “norte”, es decir, no tiene un concepto de evolución, de modo que estuviera pensando en el futuro y, con ello pensando en progresar y salir de un atraso determinado. Más bien la comunidad, vive en un tiempo circular en que lo eventos se repiten cíclicamente siguiendo las orientaciones del clima, de las estaciones o del sol. Su migración y su movimiento no buscan llegar a alguna parte o desarrollar una transformación en una cosa distinta de lo que ella es, sino que su movimiento está determinado por asuntos básicos como la alimentación o conseguir un clima más amigable a su vida, pero en lo más profundo de su ser, su despliegue está basado en la convivencia. Convivir consigo misma y convivir con su entorno, medio ambiental o con otras comunidades. Y en ese proceso, las tradiciones o su conocimiento apuntan a generar un buen pasar y a alimentar su estado actual sin la pretensión de transformarse en algo diferente. Aunque lo diferente, como concepto nos pone en un dilema, en tanto para ser diferente, primero hay que ser algo. Existe allí un antes y un después, cuestión que es vivida de otro modo por la comunidad, por cuanto no se busca ser algo diferente, sino que lo diferente llega por sí mismo, sin constituir un

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