Decolonialidad y comunidades posibles
29 científica objetivante. En segundo lugar, el individualismo de la psicología social es funcional para el capital porque deja de lado las dimensiones a través de las cuales podríamos llegar a subjetivarnos contra el capitalismo, las dimensiones subjetivas que el capital está usurpando, particularmente la colectiva, la comunitaria, la política y la de clase. Al ignorar nuestras clases sociales, nuestras opciones políticas, nuestra comunidad y nuestra colectividad, la psicología social nos hace olvidar las dimensiones en las que podríamos ejercer nuestra subjetividad y dejar de ser objetos del capital. Este olvido constitutivo de la psicología social nos condena precisamente a ser objetos al condenarnos a ser tan sólo individuos impotentes ante el capital. Superar nuestra impotencia, nuestra condición de objetos del capital, exige asumir una subjetividad humana que trasciende cualquier esfera individual y que sólo ha sido vislumbrada en el campo psicológico a través de ciertas propuestas colectivas, comunitarias, políticas y de clase. Tan sólo propuestas como estas nos permitirán ir más allá de las orientaciones individualista y objetivista de la psicología social para internarnos en un ámbito subjetivo que desborda necesariamente la estrecha esfera individual. Individualismo y objetivismo El individualismo y el objetivismo de la psicología social están estrechamente ligados entre sí. Basta desintegrar y atomizar lo subjetivo, reduciéndolo a lo individual, para que deje de ser verdaderamente subjetivo, no pudiendo ser ya más que un objeto del saber y del poder. La orientación ideológica objetivista de la psicología social resulta lógicamente de su orientación ideológica individualista. Los individuos no pueden ser más que objetos de todo aquello que los domina, los oprime, los explota, los arrastra, los anima, los constituye, los conoce, los explica, los determina. Para liberarnos de los poderes y saberes de los que somos objetos, debemos primero sacudirnos el disfraz individual objetivable en el que estamos atrapados. Tenemos luego que recobrar una subjetividad supraindividual y transindividual que resiste efectivamente contra su objetivación porque resiste con la misma efectividad contra su individualización. Esta subjetividad es lo que podemos encontrar en algunas propuestas de psicología colectiva, comunitaria, política y de clase, propuestas que escapan al individualismo de la psicología social dominante y que por ello también superan su objetivismo.
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