Decolonialidad y comunidades posibles
217 La pedagogía “Freiriana” es profundamente decolonial, pues apunta a una educación para la liberación, y es esperanzadora, pues su epicentro dialéctico son los sujetos que han sido invisibilizados por quienes siempre han ostentado la hegemonía del poder y saber. La pedagogía decolonial supone una reconstrucción, libre de ataduras, de identidades no puras, donde se mira siempre al otro y la otra desde un nosotros (Levinas, 2008). En otras palabras, esta pedagogía no enseña recetas, sino que nos invita a aprender y reconstruir una propuesta comunitaria, validando y aceptando un lenguaje de un pueblo, comunidad, escuela aceptando las historias de las diferencias o la pluriversidad desde los oprimidos. A modo de reflexiones Se considera necesario atreverse a la instalación de la pedagogía en clave decolonial, lo cual significa el reconocimiento de las distintas identidades culturales en las múltiples actividades educativas cotidianas. De ese modo, el currículo hegemónico del país que acoge, se enriquece y complementa y no se produce una asimilación y aculturización. La pedagogía decolonial e intercultural promueve el diálogo intercultural de saberes como eje central; una revaloración de las tradiciones culturales de los estudiantes, padres y familias migrantes, incorporando esos elementos sociales, políticos y éticos, buscando la integración e igualdad de una educación otra, no monopolizada por ninguna cultura. La pedagogía decolonial e intercultural permite construir un diálogo intercultural entre las diferentes expresiones artísticas, poéticas, lingüísticas, sociales y políticas de los otros que siguen siendo invisibles a las políticas que dictamina un currículo disciplinar rígido, estandarizado y competitivo. La pedagogía decolonial toma en cuenta al otro, denotando el sentir, aspecto importante para que el estudiante se considere adaptado al nuevo contexto en el que está inserto. Por lo cual, puede proporcionar herramientas y estrategias para abordar cualquier tipo de barreras, promoviendo un ambiente inclusivo y respetuoso, que permita al estudiante migrante desarrollarse en forma académica y personal. La pedagogía decolonial valora al ser humano, entiende sus anhelos; es trascendental para el estudiante migrante sentirse apreciado, incluido, aceptado, partícipe de un entorno. De ahí que su motivación facilite la adaptación al nuevo hogar, nueva escuela, en fin, a una nueva sociedad.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=