Decolonialidad y comunidades posibles
202 Podríamos decir que, en la comunidad, de modo histórico, está instalado el cuidado como parte de su vida cotidiana (Rozas, G., 2022). Pero se trata de habilidades dormidas y bloqueadas por efectos de la sociedad actual que pone énfasis en el individualismo y en el consumo, que hace que la población no disponga de tiempo y esté permanentemente abocada a resolver sus problemas personales. Por lo que se requiere activar estas habilidades mediante un trabajo con las organizaciones comunitarias y, de ese modo, surgirán horas de cuidado disponibles desde el barrio, la cuadra o el lugar de la comunidad. Y, finalmente, en el ámbito de la familia eventualmente siempre hay posibilidades de que un pariente cercano pueda apoyar al cuidador/a principal y destinar algunas horas de reemplazo por parte del núcleo familiar o de la familia extendida. El problema no es tanto la factibilidad del reemplazante, sino que el/la cuidador/a mismo/a se niega a ser reemplazado/. Así, entramos en el problema de fondo del cuidador y de las posibilidades de delegar. En general, él/ella mismo/a se niega a dejar a su enfermo a manos de un tercero. Ello se explica, según lo señalado anteriormente, porque se ha desarrollado en el cuidador una identidad extrema como tal, que la ha conformado como una persona dedicada tiempo completo a su enfermo y con un discurso en que sólo ella/él puede mantenerlo vivo y que el traspaso de las labores de cuidado a otro, no conseguirá el objetivo, pues no hay alguien más capacitado para ello. No obstante, se requiere hacer un trabajo de cambio en la estructura identitaria del/la cuidador/a para que este permita abrirse a la posibilidad de aceptar el delegar. Una vez que esto sea posible, pueden entrar a actuar alguno o algunos de los tres ámbitos señalados. 10. Paciente autónomo y activo Otro aspecto muy relevante de esta propuesta es cambiar el concepto de paciente. Ello, dado que el paradigma moderno apunta a construir al enfermo como un ente pasivo donde se concibe la enfermedad desde lo biológico, es decir, una falla en el normal funcionamiento de la máquina del organismo, independiente de la cultura y de la sociedad. Desde allí entramos al mundo de la ciencia y del conocimiento experto. La enfermedad es diagnosticada por el médico o el sistema de salud, que son los que saben cómo funciona la enfermedad y las soluciones. Por ello, se establece inmediatamente una separación entre los expertos y los que no conocen. Así, el enfermo es un individuo que no sabe cómo funciona la enfermedad, por lo que frente a ella debe comportarse de
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