Decolonialidad y comunidades posibles
174 acciones, entrelazados en una red de relaciones interdependientes. La relacionalidad también implica que el mundo no está dado, sino que se construye a través de las relaciones. Nada existe de manera aislada, ya que las cosas son lo que sus relaciones les posibilitan que sean. Por ejemplo, algunas comunidades indígenas atribuyen las enfermedades no sólo a desórdenes biológicos, sino también a transgresiones de normas ancestrales de la comunidad. Escobar (2014, 2015) identifica una lucha entre los mundos relacionales y otro tipo de formas de vida que denomina "ontologías dualistas". Estas últimas son el mundo moderno colonizador y se caracteriza por sostenerse epistemológica y ontológicamente en el dualismo cartesiano. Este dualismo divide mente y cuerpo, sujeto y objeto, así como también separa la naturaleza de la cultura, la razón de la emoción, establece distinciones entre civilizados y salvajes, entre otros. La ontología dualista considera la cultura superior a la naturaleza. En esta perspectiva, el mundo natural está habitado por fuerzas salvajes que deben ser domesticadas para que surja la civilización. Esta visión ontológica, que privilegia la cultura sobre la naturaleza, proporciona el fundamento para que la sociedad y economía dominante justifique la intervención en territorios en nombre del desarrollo y el progreso, supuestos fundamentales de la civilización. Escobar (2014), entre otros autores, plantea que el mundo no es un universo, es decir una sola ontología dualista, sino que habitamos un pluriverso, la coexistencia de diversas ontologías, las cuales se relacionan muchas veces en torno al conflicto, donde la ontología dualista se ha impuesto a otras formas de vida. Los estudios del pluriverso abogan por un mundo donde quepan muchos mundos, para lo cual, sería relevante diseñar encuentros y situaciones donde las ontologías dialoguen y coexistan de forma respetuosa, permitiendo la emergencia de la vida en todas sus enacciones. Crítica al esencialismo ontológico De acuerdo con lo repasado previamente, es posible establecer que la ontología política concibe dos tipos de mundos, uno indígena-ancestral denominado relacional, y otro moderno-capitalista, llamado dualista. De acuerdo con los debates de la antropología social (García Canclini, 1990; Clifford, 1999; Appadurai, 2001; Barth, 1976; Boccara, 2005) esta nueva tendencia teórica caería en los antiguos escollos que la disciplina ha intentado superar, como el esencialismo filosófico y el culturalismo. El esencialismo se refiere a la búsqueda de una esencia inmutable en el interior de las
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