Decolonialidad y comunidades posibles

156 Otros personajes de derecha, tal vez de extrema derecha, sin tanta carga simbólica, pero en la misma línea, son el presidente Nayib Bukele en El Salvador, quien ha desarrollado una política autoritaria contra la delincuencia, y el presidente Daniel Novoa en Ecuador, quien ha mantenido al país casi en todo su periodo de gobierno bajo en Estado de Sitio, con militares en las calles, en la lógica de combatir la delincuencia. No obstante, el personaje que alcanza la mejor síntesis interpretativa de la extrema derecha en América Latina es el ya mencionado Javier Milei, quien asumió la presidencia de Argentina en diciembre de 2023, calificado, igual que Trump y Bolsonaro, como una especie de político desquiciado, con discursos encendidos en un ambiente de música rockera, con abundantes planteamientos de cambios para el país, dirigidos a dejar atrás el progresismo, a la izquierda, eliminar las políticas públicas, aplicando la “motosierra” a funcionarios estatales, quienes son acusados de corruptos, parásitos y empobrecedores del país (Milei, 2024). Esto es, una gestión agresiva de eliminación de las políticas sociales, lo que en Argentina se conoció como “ley Omnibus” ( La Nación , 2024). Por otro lado, el despido masivo de funcionarios públicos, de modo de reducir los gastos del Estado y ocupar los dineros disponibles para fortalecer el negocio, las finanzas, el mercado. De paso, terminar con los fondos para la investigación social, radicada en organismos especializados a nivel nacional, Conicet, por considerarlos un derroche e irrelevantes. Tenemos finalmente, un sector de América Latina que, siguiendo la ola derechista proveniente de Europa, ya no debatía ni debate por resolver la pobreza y sacar a enormes cantidades de población de la marginalidad, sino que impone la lógica del mercado y los negocios contra el Estado. Un clivaje que no se caracteriza por la búsqueda de más democracia, sino por la instalación o la recuperación de los valores más nacionalistas, individualistas y conservadores, presentes en nuestra oscura historia de los momentos más retrógrados de la vida del continente. Preocupación por el avance de la subjetividad progresista del siglo XXI Siguiendo un itinerario que nos permita comprender la emergencia de las posiciones actuales de la derecha, es necesario revisar el recorrido del progresismo. Frente al viraje hacia esta tendencia política de izquierda ocurrida en la primera mitad del siglo XX, la derecha, la oligarquía, la burguesía industrial, las clases sociales dominantes, retrocedieron; perdieron muchas de sus granjerías, sus beneficios y privilegios, pero, el tipo de sociedad que ellos mismos montaron, siguió vigente en otras

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